Memorlíder, aliado natural para las épocas de exámenes
Estos meses marcan la fatídica época de los exámenes para muchos estudiantes. Encima, este año, los que se someten a las pruebas tienen un plus de dificultad: la pandemia. Y entre…
Vivimos en una época en la que la denominada inteligencia pura está perdiendo su primacía, sustituida por nuevos modelos donde las emociones y su gestión ocupan el papel protagonista. Ya no es suficiente con la inteligencia. En la actualidad se requiere ser amable con tu equipo de trabajo, aprender la manera de motivarles y empatizar con cada uno de ellos y sus circunstancias con el objetivo de liderar áreas cada vez más fuertes y cohesionadas que trabajan en una misma dirección.
Seguro que has escuchado hablar acerca de los tres cerebros con los que contamos los seres humanos: la relación entre el cerebro reptiliano o impulsivo, cerebro límbico o emocional y el cerebro neocórtex o racional. Incluso es probable que hayas acudido a alguna conferencia para profundizar sobre ellos y mejorar la inteligencia emocional.
Fue el periodista y escritor Daniel Goleman el que popularizó en 1995 el concepto de Inteligencia Emocional a través de su best seller con el mismo nombre. Desde ese instante se han potenciado este tipo de habilidades, dotándolas cada vez de una mayor importancia en cada uno de los ámbitos de nuestra vida.
El propio Goleman considera la inteligencia emocional como aquella que trabajan los líderes proporcionándoles la capacidad para extraer lo mejor de cada persona en beneficio de un bien común todavía mayor. Motivan, dan ejemplo al resto, se comprometen con su visión, conocen sus limitaciones y pueden gestionar con éxito sus emociones y las del grupo. Por medio de las emociones se guía al pensamiento y, en consecuencia, las acciones y los resultados.
La inteligencia emocional en estos momentos cobra relevancia en los trabajos de equipo ya que tiene una mayor trascendencia el modo de manejar con eficacia este tipo de inteligencia en lugar de la técnica que hasta hace unos años era la predominante. Se puede ser un excelente profesional en un área pero resulta complicado prosperar cuando se tienen dificultades para trabajar en equipo, empatizar con la visión o ayudar a otros.
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La ausencia de determinadas facultades en un momento dado no significa que no puedas progresar sobre ellos y convertirte en un especialista sobre la materia en cuestión. Esta filosofía también es aplicable a un campo como la inteligencia emocional. Por ello, a continuación, detallamos los 6 comportamientos naturales para mejorar la inteligencia emocional:
Gestionar las emociones correctamente no significa dar rienda suelta a ellas. El conocimiento acerca de las emociones requiere en ocasiones que practiques un cierto autocontrol para extraer el máximo beneficio a tus fortalezas emocionales mientras te preparas para afrontar las debilidades.
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Como ya habrás podido darte cuenta, la inteligencia emocional se define como un todo de cada una de las partes: pensar (desarrollo cognitivo, cociente intelectual), sentir (desarrollo emocional y modo de aprovechar lo que siento) y actuar (desarrollo conductual, qué hago con lo que sé). Mediante el desarrollo conjunto de estas tres partes se derivan una serie de comportamientos naturales para mejorar la inteligencia emocional.