Beneficios de los probióticos con cepas humanas
La Organización Mundial
de la Salud (OMS) define el término probiótico como “microorganismos vivos que,
cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un efecto beneficioso
para la salud del sujeto que lo recibe”. Los microorganismos que viven en
nuestro aparato digestivo conforman lo que llamamos la flora intestinal y
tienen como función principal proteger nuestro cuerpo de patógenos.
“Los probióticos son
alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a
mantener o mejorar las bacterias “buenas” del cuerpo. Los prebióticos son
alimentos (generalmente con alto contenido de fibra) que actúan como nutrientes
para la microbiota humana. Los prebióticos se utilizan con la intención de
mejorar el equilibrio de estos microorganismos. Los probióticos se encuentran
en alimentos como el yogur y el chucrut. Los prebióticos se encuentran en
alimentos como los granos integrales, las bananas, las verduras, las cebollas,
el ajo, la soja y las alcachofas. Además, se agregan probióticos y prebióticos
a algunos alimentos y están disponibles como suplementos alimenticios”, asegura
la editora especialista en la guía de nutrición y alimentación saludable de Mayo
Clinic, Katherine Zeratsky.
Beneficios y contraindicaciones de los probióticos
La mayoría de los
beneficios de los probióticos son específicos de cepas determinadas y no a
todos los productos que contienen probióticos se le pueden atribuir los mismos
efectos. Por este motivo, la Asociación Científica Internacional de Probióticos
y Prebióticos (ISAPP, por sus siglas en inglés) completa la definición de la
OMS: “Microorganismos vivos (deben llegar vivos al intestino, donde ejercen su
acción) que, cuando son administrados en la cantidad adecuada (dosificación
determinada para la que han demostrado evidencia científica), confieren un
efecto beneficioso (únicamente atribuido a una cepa determinada) a la salud del
sujeto que los recibe”.
Partiendo de esta base,
los probióticos tienen múltiples beneficios para la salud. Según el Colegio
Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), los probióticos proporcionan
diferentes beneficios: “ayudan a digerir ciertos alimentos, intervienen en la
síntesis de vitaminas del grupo B, mejoran la absorción del calcio, ayudan a
mantener el equilibrio de la flora intestinal y la flora vaginal, mejoran y
regulan el tránsito intestinal y, en general, fortalecen el sistema inmune”.
“Los efectos más
estudiados de los probióticos se refieren a su eficacia a la hora de tratar
ciertos problemas digestivos, en especial la diarrea. Se ha demostrado que los
probióticos pueden combatir la diarrea infecciosa, la diarrea aguda causada por
rotavirus (gastroenteritis) o la diarrea asociada a la ingesta de antibióticos,
entre otras. Existen ciertos indicios sobre el uso de probióticos para mejorar
la sintomatología de enfermedades inflamatorias intestinales, como el síndrome
de intestino irritable o la enfermedad de Crohn”, aseguran.
El tratamiento con
probióticos también tiene sus contraindicaciones en enfermos inmunodeprimidos,
enfermos trasplantados tratados con inmunosupresores, enfermos con enfermedades
autoinmunes. Y también tienen efectos secundarios como gases o diarrea. Esto
puede ocurrir porque el organismo sea intolerante a los componentes de la cepa
del probiótico (por ejemplo, intolerancia a la lactosa).
Probióticos en suplementos alimenticios
Existen cientos de probióticos diferentes aunque las especies de Lactobacillus y Bifidobacterium son las más utilizadas como probióticos y
se pueden consumir en forma de suplementos o formando parte de algunos
alimentos.
- Más información sobre probióticos para definir el contorno, aquí.
Por otro lado, es
importante que elijas los probióticos dependiendo de los síntomas que quieras
combatir. Por ejemplo, si tienes diarrea aguda porque tienes gastroenteritis,
los probióticos recomendados son Lactobacillus reuteri DSM 17938, Lactobacillus
reuteri ATCC 55730, Lactobacillus rhamnosus GG, Lactobacillus casei DN-114 001,
Saccharomyces cerevisiae boulardii CNCM I-7454 y Lactobacillus gasseri CP2305.
“La etiqueta de
información de un suplemento dietético que contiene probióticos especifica el
peso total de los microorganismos en el producto. Muchas etiquetas de productos
también especifican la cantidad de unidades formadoras de colonias (UFC) en una
porción. Las UFC son un mejor indicador que el peso total de la cantidad de
microorganismos vivos. Ejemplos de UFC que puede ver en una etiqueta son 1 x
109 (1.000 millones) de UFC y 1 x 1010 (10.000 millones) de UFC. Sin embargo,
un mayor recuento de UFC no significa necesariamente que el producto tenga
mayores beneficios para la salud. Los beneficios para la salud de un producto,
si los hay, dependen más de los microorganismos específicos que contiene que de
la cantidad de microorganismos que contiene”, explican desde National
Institutes of Health.
Y aseguran que, aunque
no hay recomendaciones oficiales para el uso de probióticos en personas sanas,
siempre es bueno consultar a un especialista “qué probiótico elegir, qué dosis
tomar y durante cuánto tiempo usar el producto, verificar las etiquetas de los
productos para ver la fecha de caducidad o de “uso antes de” y seguir las
instrucciones de almacenamiento, ya que algunos probióticos deben mantenerse en
el refrigerador, pero otros pueden almacenarse a temperatura ambiente”.