Celebra el Día mundial de la naturaleza llevando una vida sostenible
La preocupación por la
naturaleza y su relación con el hombre tiene su origen en la Antigua Grecia,
cuando los primeros filósofos empezaron a pensar sobre los orígenes y la
relación que tenía con el humano, lo que se conoce como el inicio de la
filosofía de la naturaleza. Pensadores como Tales de Mileto, que fue el primero
en afirmar que la tierra era redonda o que el agua era el principio de la vida
universal, así como la división del año en estaciones, fueron los que se
preguntaron sobre los misterios los seres que habitaban en la tierra y cómo
funcionaba todo.
Trasladándonos a la era
actual, el 20 de diciembre de 2013, la Asamblea General de la Organización de
las Naciones Unidas decidió proclamar el 3 de marzo como Día Mundial de la
naturaleza, para concienciar a la sociedad de su valor. Por otro lado, según la
Asociación de las Ciencias Ambientales, “la celebración de este día también nos
recuerda la necesidad urgente de combatir los delitos contra la naturaleza, los
cuales acarrean consecuencias de gran alcance en el ámbito económico,
medioambiental y social”. Y no solo eso, sino que abre una puerta a la
reflexión y la concienciación con respecto a los temas que afectan a la
naturaleza.
El cambio climático, el
efecto invernadero, el agujero de la capa de ozono, la contaminación, residuos
(urbanos, industriales y sanitarios, agrícolas y ganaderos), pérdida de
biodiversidad, escasez de recursos naturales, deforestación y extinción de
especies son algunos de los problemas que tenemos que solucionar.
El medio ambiente, en riesgo
La contaminación. Los recursos utilizados por el hombre
están acabando con el planeta, han incrementado la contaminación y están terminando
con los recursos naturales. El nivel de contaminación en España ha sido objeto
de análisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS). España establece en
25 microgramos/m3 el valor límite de concentración anual para las partículas
finas PM2.5 (partículas de nitratos, sulfatos o amoníaco) y en 40
microgramos/m3 para las PM10, que son partículas sólidas o líquidas de polvo,
cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen. Sin embargo, la OMS
establece unos límites de 10 microgramos/m3 para las PM2.5 y de 20
microgramos/m3 para las PM10. Así, en 2019, hasta doce ciudades españolas
superaron el límite de contaminación establecido por la OMS con respecto a la
concentración de partículas PM2.5.
¿En qué se traduce esta
contaminación con respecto a la salud? en 93.000 muertes en España a causa de
la contaminación atmosférica sólo en una década, según los datos del Instituto
Nacional de Estadística y el Ministerio de Medio Ambiente que dieron en febrero
de 2019 en una jornada informativa organizada por la Sociedad Española de
Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Deforestación: En los últimos 100 años el planeta ha
perdido casi la mitad de su superficie forestal, además la Tierra sigue
perdiendo al año más de 11 millones de hectáreas de bosques vírgenes, según la
Organización de la Alimentación y la Agricultura. La deforestación tiene
como consecuencia la pérdida de terreno fértil y el aumento de los gases que
provocan el efecto invernadero. ¿Por qué hemos llegado a esto? Por el consumo
de madera, construcción de pistas y carreteras, incendios…etc.
Pérdida de
biodiversidad: De los 8 millones de especies que habitan, un millón están en riesgo de
desaparecer. La acción del hombre en la tierra ha hecho que el 75% de los
ambientes terrestres y el 66% de los ecosistemas marinos hayan sido modificados
y como consecuencia uno de los ocho millones de las especies que habitan en la
tierra están en peligro de extinción.En el estudio llevado a cabo por
la ONU, se explica cómo los suelos se están degradando lo que ha hecho que se
reduzca la productividad del 23% de la superficie terrestre de la Tierra.
Además, la contaminación plástica se ha multiplicado por 10 desde 1980.
Agenda 2030, el límite
Que estamos al límite
está claro. De hecho, el 25 de septiembre de 2015, 193 países se pusieron de
acuerdo para comprometerse a cumplir los 17 objetivos de desarrollo sostenible
impuestos por Naciones Unidas y con fecha límite: el año 2030. Algunos de los
objetivos de esta agenda están íntimamente relacionados con la sostenibilidad
del planeta.
- Agua
limpia y saneamiento: Según
los datos oficiales, el Indicador del estrés hídrico en España, es del
20,6, uno de los mayores de la UE. Además, de 1980 a 2010 las
precipitaciones en España disminuyeron en 18%. Tres de cada diez personas
en el mundo carecen de acceso a servicios de agua potable seguros y seis de
cada diez carecen de acceso a instalaciones de saneamiento gestionadas de
forma segura. Más del 80% de las aguas residuales resultantes de
actividades humanas se vierten en los ríos o el mar sin ningún
tratamiento, lo que provoca su contaminación. Por eso, algunos de los
objetivos de la agenda 2030 con respecto al agua son:
- Lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio
asequible para todas las personas y el acceso a servicios de saneamiento e
higiene adecuados y equitativos para todas las personas.
- Mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación.
- Aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos en
todos los sectores.
- Implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los
niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza, según proceda.
- Proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos
los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos.
- Energía
asequible y no contaminante: Según
los datos oficiales,en 2016, el 15% de la población española
sufrió pobreza energética. El transporte supone un 28% del total de las
emisiones de gases de efecto invernadero en España. En España el carbón
supone el combustible fósil que más CO2 emite, supone el 17% de las
emisiones totales. El petróleo supone el 42% de la energía primaria y
supone el 52% de las emisiones totales de CO2. El gas natural aporta el
20% de la energía primaria y genera el 15% de las emisiones totales
de CO2. 25 millones de viviendas en España no cuentan con una calidad
media energética buena. La energía es el factor que contribuye
principalmente al cambio climático y representa alrededor del 60% de todas
las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Entre las metas que tienen para el 2030:
- Acceso universal a la energía.
- Aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el
conjunto de fuentes energéticas.
- Duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética.
- Investigación e inversión en energías limpias.
- Ampliar la infraestructura y mejorar la tecnología para prestar servicios
energéticos modernos y sostenibles para todas las personas.
Otros deberes que tienen
estos países, de cara al cumplimiento de estos objetivos son el fomento de
ciudades y comunidades sostenibles, (ya que las ciudades del mundo ocupan solo
el 3% de la tierra, pero representan entre el 60% y el 80% del consumo de
energía y el 75% de las emisiones de carbono); garantizar modalidades de
consumo y producción sostenibles, (ya que se calcula que un tercio de los 1.300
millones de toneladas de alimentos producidos termina pudriéndose en los
contenedores de los consumidores y minoristas, o se estropea debido a las malas
prácticas del transporte y la cosecha); adoptar medidas urgentes para combatir
el cambio climático y sus efectos; conservar y utilizar sosteniblemente los
océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible y
gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación,
detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de
biodiversidad.
Consejos del Fondo
Mundial para la Naturaleza
El Fondo Mundial para la
Naturaleza es una organización independiente dedicada a la defensa de la
naturaleza y el medio ambiente, se fundó en 1961 y hoy trabaja en más de 100
países. Desde la organización dan consejos para frenar el impacto de
nuestra huella ecológica, ¿qué podemos hacer?
En casa: mantener los dispositivos apagados (nada
de stand by); apostar por energías renovables y limpias, utilizar en la
lavadora programas cortos; llenar la nevera con menos carne y más verdura y
fruta; buscar el sello MSC en pescados y mariscos que certifican su procedencia
y extracción sostenible; procurar que las sartenes y ollas sean del mismo
tamaño que el fogón para ahorrar energía; desechar las bolsas de plástico y
apostar por alternativas sostenibles; mientras esperas a que salga el agua
caliente en la ducha, recoge la demás en un cubo y reutilízala para regar o
limpiar.
En la ciudad: apuesta por el transporte público, la
bicicleta o si puedes, andando; en el trabajo, cuida la temperatura, el gasto
de papel y los aparatos electrónicos; no desperdicies la comida; compra productos de proximidad; busca ropa producida con algodón
orgánico.
En el campo: no interfieras en la naturaleza ni
molestes a los animales; no arranques plantas ni flores; di ‘no’ a los
plaguicidas; no arrojes basura; no hagas fuego; respeta la fauna y la flora;
utiliza las sendas al caminar.
En el trabajo: si trabajas con ordenador, ajusta el
brillo de tu pantalla y apaga todos los dispositivos al irte; imprime sólo el
papel necesario y recíclalo; utiliza vasos de vidrio para tomar café, recicla y
evita todos los alimentos envasados.