Consejos para combatir niveles altos de colesterol
Más de la mitad de la población tiene colesterol alto. Algo que, mal tratado, puede derivar en enfermedades cardiovasculares. La alimentación saludable es básica para prevenirlo, pero existen más opciones.
Según la última Encuesta
Nacional de Salud de España realizada por el Ministerio de Sanidad, Consumo y
Bienestar Social, con la colaboración del Instituto Nacional de Estadística,
“continúa aumentando la prevalencia de factores de riesgo cardiovascular
metabólicos y de otras enfermedades crónicas: hipertensión arterial (19,8%),
colesterol elevado (17,9%), obesidad (17,4%) y diabetes (7,8%)”. Desde 1993 la
tendencia sigue siendo el aumento. Esto se traduce en cifras negras siendo las
enfermedades cardiovasculares la principal causa de muerte en todo el mundo.
Concretamente, en el caso del colesterol alto, según dicho informe, “se ha
duplicado la prevalencia entre 1993 (8,2%) y 2017 (17,9%). Las diferencias por
sexo siempre han sido pequeñas, pero a lo largo de toda la serie se mantiene el
gradiente social en mujeres, con una diferencia en torno a los 6 puntos entre
las clases sociales extremas”.
Por su parte, Susana Castañeda asegura que el 50,5% de la sociedad adulta en España tiene colesterol. “Eso se
traduce en que se pueden crear las placas de ateromas si no nos cuidamos y
derivar en enfermedades cardiovasculares”. De hecho, según la Fundación
Española del Corazón los niveles altos de colesterol total triglicéridos
“incrementan el riesgo de sufrir un ataque cardíaco”.
“El aumento de colesterol en la sangre es uno de los factores de riesgo para enfermedades del corazón y de las arterias (enfermedades cardiovasculares). Los niveles recomendables de grasas o lípidos en la sangre son valores orientativos. Actualmente se aconseja que el colesterol total sea inferior a 200 mg/dl, el colesterol «malo» o LDL-colesterol inferior a 160 mg/dl, el colesterol «bueno» o HDL-colesterol superior a 40 mg/dl y los triglicéridos inferiores a 200 mg/dl. En las personas que ya han presentado una enfermedad cardiovascular, los valores de LDL-colesterol se aconseja que estén por debajo de 100 mg/dl”, afirman desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.
Alimentación saludable,
un primer paso
Castañeda explica que
una de las medidas que se pueden tomar es llevar una buena alimentación. “Vamos
a intentar en la medida de lo posible reducir el consumo de carnes rojas,
grasas saturadas, embutidos, alcohol…”, afirma.
La Fundación Española
del Corazón da algunas pautas para llevar una dieta adecuada para bajar los
niveles altos de colesterol: “Para conseguir nuestro objetivo, controlar el
temido colesterol, tenemos que basar nuestra dieta en alimentos como: frutas y
verduras, cinco raciones al día; hortalizas; cereales integrales (pan, pasta,
arroz); legumbres (tres raciones a la semana); pescado azul (al menos, tres raciones
a la semana (atún, sardina, boquerón, salmón…); frutos secos (nueces,
almendras) y aceite de oliva virgen. Estos alimentos nos aportan nutrientes que
nos ayudan a reducir los niveles de colesterol en sangre y aumentar el
denominado colesterol-HDL (colesterol bueno) porque aportan los ácidos grasos
monoinsaturados (presentes en el aceite de oliva virgen), ácidos grasos omega-3
(pescado azul), esteroles/estanoles vegetales (en aceites vegetales o
incorporados en productos lácteos), antioxidantes (como frutas y verduras)”.
Además, hablan de los
alimentos que debemos evitar o sustituir por otros: “Por ejemplo, puedes
sustituir los lácteos enteros por los desnatados; la mantequilla por el aceite
de oliva y las carnes grasas por carnes magras con poca grasa, como el conejo o
el pollo sin piel. En cuanto a los embutidos, yemas de huevo, fritos
comerciales y la bollería industrial debes evitarlos. Si dudas cómo cocinar
para evitar el colesterol, lo aconsejable son los métodos de cocinado con poca
grasa como: al horno, a la plancha, a la parrilla, al microondas, asado o
cocción al vapor”, afirman desde la Fundación Española del Corazón.
Levadura roja de arroz,
una de las claves
La levadura roja de
arroz es un suplemento que reduce el colesterol alto. Lo que hace este suplemento es inhibir
la producción de colesterol, aumentar el HDL (o colesterol bueno) y reducir el
LDL (o colesterol malo). Los esteroles reducen la absorción del colesterol en
el intestino y los ácidos grasos, isoflavonas y fibra favorecen la reducción de
colesterol.
“Es una maravilla porque
reduce el colesterol malo y aumenta el bueno. Cuando tienes un colesterol bueno
elevado creas más sales biliares para eliminar esas grasas en el digestivo y
proteges el hígado”, afirma Castañeda. Por otro lado, aconseja reforzar estos
dos puntos (buena alimentación y suplementación de levadura roja de arroz) con
Q10. El porqué lo explica en estos términos: “La levadura roja de arroz tiende
a robar un poco la Q10).
De hecho, en un estudio
llamado “Efecto reductor del colesterol de una combinación de levadura roja de
arroz y policosanol” publicado en la Revista Fitoterapia se expusieron los
resultados del análisis de 65 pacientes en los cuales se observó “una
disminución media, estadísticamente significativa, de los niveles de colesterol
(22% del colesterol total y 29% del LDL) y una disminución del 22% de los
triglicéridos, tras tomar durante 2 meses un producto compuesto por levadura
roja de arroz con un contenido diario de 10 mg monacolina K y 14 mg de
policosanol extraído de la caña de azúcar. La combinación de la monacolina K y
el policosanol se plantean como una opción en pacientes con riesgo
cardiovascular bajo o moderado”.
Además, se ha probado la permanencia de
los beneficios en nuestra salud a lo largo del tiempo tras haber ingerido
complementos alimenticios de selenio y coenzima Q10, relacionados con la
disminución de riesgo cardiovascular en las personas que lo han llevado a cabo.
Concretamente, este estudio elaborado por expertos en el campo de la ciencia y
la medicina de Noruega y Suecia hizo un seguimiento durante 12 años de un grupo
de participantes ancianos sanos que fueron suplementados con selenio y coenzima
Q10 durante cuatro años. “Incluso después de doce años, observamos un riesgo
significativamente menor de mortalidad cardiovascular en este grupo, así como
en subgrupos de pacientes con diabetes, hipertensión, cardiopatía isquémica o
capacidad funcional deteriorada”, aseguran en las conclusiones del
estudio.