Adelgazar por salud, el mejor tratamiento de belleza
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Este 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, una enfermedad cerebrovascular que sufren anualmente cerca de 130.000 personas en España, según datos de la Sociedad Europea de Neurología (SEN) siendo la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres.
El ictus o ACV (Accidente Cerebrovascular) se caracteriza por la pérdida de las funciones cerebrales debido a la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede ser producido por obstrucción o por hemorragia.
Puede ocurrir a cualquier edad, aunque suele aparecer más en personas mayores de 60 años. Se trata de un trastorno que no sólo impacta en la persona afectada, sino que implica a todo su entorno, porque la recuperación es un proceso muy lento que no sólo requiere tratamiento médico, sino también el cuidado y la ayuda de familiares y amigos.
Secuelas
Según datos de la Sociedad Europea de Neurología (SEN), el 50% de los pacientes que padecen daño cerebral tienen alguna discapacidad. Más de 300.000 españoles presentan secuelas tras haber experimentado un ictus. Si se comparan sus efectos con los de otras enfermedades neurológicas, se demuestra que en esta patología son mucho más discapacitantes que en otras de rango similar.
De acuerdo a los datos del informe de Atlas de Ictus en España 2019, elaborado por el Grupo de Estudio de Enfermedades de la SEN, junto con Bristol Myers Squibb y Pfizer, casi el 60% de los pacientes con ictus tienen problemas para realizar sus actividades cotidianas; más del 60% tienen problemas de movilidad; un 64% padecen dolor y malestar y un 36% considera que su estado de salud no es bueno. Según la doctora María Alonso de Leciñana, coordinadora del estudio, “actualmente más de 650.000 españoles se han visto afectados por un ictus y de ellos 350.000 presentan alguna limitación en su capacidad funcional como consecuencia de esto”.
La buena noticia es que se puede vencer. Cada año, 26 millones de personas sobreviven a esta patología. Además, más del 80% de los ictus se podrían evitar con un estilo de vida saludable. En los últimos 20 años la prevención y la detección precoz han contribuido a disminuir los factores de riesgo de una patología que, a veces, aparece sin avisar.
Tipos de ictus:
No todos los accidentes cerebrovasculares son iguales. Existe una relación causa-efecto, que se traduce en afecciones diferentes, dependiendo de cuál haya sido el detonante. De forma general, se distinguen dos grandes tipos de ictus:
Señales de alerta
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en 2050 casi la mitad de la población mundial mayor de 65 años podría sufrir un accidente cerebrovascular. Por tanto, lo más importante es reducir su incidencia. Un ictus es siempre una emergencia médica. Pero, ¿cuándo podemos sospechar que estamos ante un ictus? Los síntomas son claros: pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo (generalmente extremidades o cara); confusión o dificultad para hablar; dificultad para entender; alteración repentina de la visión ( pérdida de visión por un ojo, visión doble o ceguera); pérdida de coordinación o equilibrio, déficit de la marcha; dolor de cabeza intenso, inusual y sin causa aparente.
No siempre aparecen todos los síntomas, ni afectan de la misma manera. En cualquier caso, la manifestación de la enfermedad dependerá del lado del cerebro dañado. Si el ictus afecta a la parte derecha del cerebro, sus signos se notarán en el lado izquierdo del cuerpo y serán: parálisis del lado izquierdo; problemas de visión y pérdida de memoria. Por el contrario, si el afectado es el lado izquierdo se producirá parálisis en el lado derecho del cuerpo; dificultad en el habla o el lenguaje; pérdida de memoria y movimiento lento. También, puede darse un derrame cerebral en el tronco encefálico, lo que afectaría a funciones vitales como la respiración, latido cardiaco, habla, audición o la parálisis de gran parte del cuerpo.
Asimismo, puede que una parte del cerebelo se quede sin riego sanguíneo y entonces estaríamos hablando de ictus cerebeloso. Aquí los síntomas son inespecíficos y a veces pueden pasar desapercibidos, aunque se relacionan con las funciones motoras voluntarias que regulan posición, equilibrio, coordinación y habla.
Sabías que:
8 de cada 10 ictus podrían evitarse si: