Alimentos de proximidad y economía circular
Hoy, 26 de enero, se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental y queremos hablar sobre alimentos de proximidad y economía circular.
“La Hora del Planeta nació en Sidney en 2007 como un gesto simbólico para llamar la atención sobre el problema del cambio climático. Un sencillo gesto que consiste en apagar las luces de hogares, negocios, edificios y monumentos durante una hora. Una acción que, con los años, se convirtió en un movimiento mundial del que ya forman parte miles de ciudades de 188 países, que en pasadas ediciones apagaron más de 17.000 monumentos y edificios emblemáticos. La Hora del Planeta une a ciudadanos, empresas, ayuntamientos e instituciones para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad”, afirman desde El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), la organización no gubernamental que concibió la iniciativa mundial de la Hora del Planeta.
Desde WWF recuerdan que “dependemos de la naturaleza para vivir, es el sistema de soporte vital del planeta y nos brinda todo lo que necesitamos, desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos y los alimentos que comemos y también es la mejor aliada para frenar los impactos del cambio climático”.
Por eso, animan a todo el mundo a que se una el 28 de marzo a la Hora del Planeta y propone reducir el consumo energético dejando entre las 20:30h y las 21:30h las urbes de numerosos países a oscuras: “Queremos llenar los balcones y ventanas de nuestros pueblos y ciudades de miles de destellos para recordar que estemos donde estemos, este año desde casa (#QuédateEnCasa), todas las personas seguimos conectadas y concienciadas de la necesidad de cuidar del planeta para cuidar también del ser humano”.
Además, otro de los nuevos objetivos de este año serán convertir este día en una jornada sin plásticos, emisiones, ni carne, ya que la producción de esta última se ha disparado en 2018 y fue, según datos de la FAO -Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura- de 336 millones de toneladas, un 1,7% más que en 2017. Con este acto se pretende concienciar sobre la necesidad de tomar medidas urgentes contra el cambio climático producido por la actividad humana. También se quiere ahorrar energía, reducir las emisiones contaminantes y reducir la contaminación lumínica.
Contra la contaminación lumínica solo hay una posibilidad que está en nuestras manos, el consumo responsable con la promoción de la eficiencia energética.
Además, la eficiencia energética tiene otros beneficios como la reducción del coste de las facturas y la disminución de la contaminación. En el caso de las energías no renovables, se reduce el gasto de los recursos naturales y dejamos de emitir los gases que contribuyen al efecto invernadero.
Para contribuir a la eficiencia energética, la ONG española Oxfam Intermón da algunos consejos como:
La certificación energética es “un documento” que informa de la eficiencia energética que tiene la edificación. Este informe califica al inmueble en 7 niveles, siendo la calificación energética A la más eficiente y la G la menos eficiente. Esta ejecución de una certificación energética se puede completar utilizando programas oficiales para la certificación de la eficiencia energética de edificios que son aquellos documentos que han sido reconocidos por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo y por el Ministerio de Fomento. Desde el pasado año existen nuevos procedimientos reconocidos por la Secretaría de Estado de Energía, del Ministerio para la Transición Ecológica, para la certificación energética, que son admitidos por los Registros de las Comunidades Autónomas. En concreto son admitidos los certificados de eficiencia energética realizados con la última versión actualizada de CYPETHERM HE Plus, SG SAVE y del Complemento CE3x para edificios nuevos. Por su parte, el programa CE3x permite la obtención del certificado de eficiencia energética de manera simplificada.
La eficiencia energética en los edificios tiene como objetivo reducir el consumo de la energía, y se basa en el uso eficiente de la energía tanto en los procesos productivos, como en el uso de la energía. Los edificios y sus usuarios, que son consumidores de la energía, pueden tener como objetivo reducir el consumo energético para disminuir los costes y para promover la sostenibilidad económica, política y ambiental. El consumo energético en los edificios se puede reducir a través de la producción de la energía cerca del punto de consumo, aplicando una construcción sostenible, utilizando instalaciones eficientes y asegurando buenos hábitos de los usuarios.
Las energías renovables contribuyen a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, en particular del CO2. “Aunque algunas fuentes renovables son económicamente competitivas con las energías convencionales en estos momentos la gran mayoría lo serán a corto o medio plazo. En este sentido podemos señalar que las instalaciones eólicas, las centrales minihidráulicas y las instalaciones de solar térmica de baja temperatura han alcanzado prácticamente el umbral de rentabilidad. Sin embargo, otras como la solar fotovoltaica o la solar de alta temperatura necesitan un fuerte apoyo que permita el desarrollo de la tecnología y la promoción, en su caso, de instalaciones de demostración”, aseguran desde el Ministerio para la Transición Ecológica.
Entre las principales energías renovables que se recogen en el Plan de Fomento de las Energías Renovables en España se encuentran las de generación eléctrica (Eólica, Hidroeléctrica, Solar fotovoltaica) y las de aprovechamiento térmico (Solar térmica de baja temperatura, biomasa, biogás, biocarburantes, valorización energética de residuos sólidos urbanos).