Mindfulness para comenzar el día con buen pie
Comenzar el día con buen pie es posible mediante la realización de sencillos ejercicios que suponen tu iniación en Mindfulness. ¡Darán equilibrio a tu vida! El despertador suena cada mañana…
Los besos ya estaban heridos de gravedad con la llegada de la era tecnológica. El reemplazamiento del cara a cara por el cariño virtual, cada vez más extendido, hacía que se perdieran esos detalles que solo pueden percibirse en persona. Pero ahora, con la llegada de la pandemia del COVID19 que asola al mundo y que está sacudiéndonos sin distinción, el conocido como el preludio del amor ha recibido otro golpe. Con el confinamiento, el afecto está en cuarentena también. Por eso hoy, en el Día Internacional del Beso, vamos a recordar los beneficios de los besos y el papel que tienen en la relación de pareja.
¿Por qué un día internacional? Porque se celebra en conmemoración al beso más largo de la historia, que duró nada más y nada menos que 58 horas, 35 minutos y 58 segundos (casi dos días y medio besándose, que se dice pronto). La pareja tailandesa que consiguió este logro durante un concurso de besos superó su propio récord de 46 horas. Un logro aún más reconocido si tenemos en cuenta que al besarnos activamos un sistema de coordinación muscular digno de admirar, 34 músculos faciales y 112 posturales.
El origen no se sabe con certeza, aunque algunos historiadores dicen que los primates lo utilizaban para alimentar a sus crías, algo que heredaron los primeros homínidos de la historia. Aunque, los primeros indicios del beso como parte de la práctica “sexual” entre personas datan del año 1.500 a.C. en India.
El beso ha evolucionado a lo largo de la historia y, aunque esta práctica para la cultura occidental está más que normalizada en la sociedad, todavía existen países en el mundo que condenan este acto en público. “Los besos prohibidos por ley” ya sea por motivos religiosos o morales, con condena o falta “moral”, se dan en países como Dubái, Tailandia, Indonesia, Malasia o Nigeria, entre otros.
“El primer beso es mágico, el segundo íntimo, el tercero rutinario”, decía el escritor estadounidense Raymond Chandler. Hay muchos tipos de besos, beso esquimal, “francés”, en la mejilla, en la mano, en la frente… pero, ¿qué papel cumplen los besos en la relación de pareja? Según un estudio llevado a cabo por el Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, “besarse en relaciones románticas cumple dos funciones principales: la evaluación de la pareja y la mediación del apego”.
Además, los besos tienen innumerables beneficios en nuestra salud, ya que son responsables de la producción de hormonas como la oxitocina, las endorfinas y la dopamina. Cuando los besos se dan regularmente también tienen un efecto contra la depresión y el estrés.
La oxitocina, conocida como “hormona del amor” es la hormona responsable, entre otras cosas, de las palpitaciones, activación de las glándulas sudoríparas (sudoración), alegría, promoviendo la diferenciación de cardiomiocitos. Las endorfinas u “hormonas de la felicidad” son las hormonas que producen una sensación de bienestar general y las responsables del placer. Por su parte, la dopamina es la neurohormona encargada del deseo, el placer y el sexo, entre otras funciones.
La rutina, el estrés y ahora la preocupación por la pandemia del coronavirus y el confinamiento hacen que muchas veces nos sea complicado buscar el momento para centrarnos en nuestra pareja. Quizás nos falta estimulación o la producción de las hormonas de las que hemos hablado es baja. Por este motivo, existen complementos alimenticios a base de estimulantes naturales que nos pueden ayudar.
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