¿Para qué sirve el Zinc y en qué alimentos podemos encontrarlo?
Muchas veces oímos hablar de la importancia del Zinc y lo vemos como ingrediente esencial en muchos complementos alimenticios, pero ¿qué es exactamente y cuáles son sus beneficios en la salud? El Zinc es uno de los micronutrientes más importantes para nuestra salud, es necesario para que podamos estar sanos. De hecho, se encuentra en todas las células de nuestro cuerpo.
¿Qué cantidad necesita nuestro cuerpo de media? Depende de la edad. Los bebés hasta seis meses de edad necesitan una media de 2 miligramos, y de 7 meses a los 3 años, un miligramo más. En los niños de 4 a 8 años, se recomienda una cantidad media, 5 miligramos. De los 9 años a los 13, se recomienda una ingesta media de 8 miligramos.
En la adolescencia (de los 14 a los 18 años de edad), la cantidad recomendada varía con respecto al sexo, en niños se aconseja unos 11 miligramos y en niñas unos 9. Y en adultos, siguiendo el mismo esquema, los hombres necesitan de media unos 11 miligramos y las mujeres, 8 miligramos.
Beneficios del Zinc en el organismo
El Zinc es uno de los encargados, entre otras cosas, de ayudar a nuestro sistema inmunitario a luchar contra las bacterias y los virus que puedan entrar en el organismo. Y, además, es necesario para que nuestro cuerpo fabrique proteínas y ADN, siendo imprescindible también para el desarrollo y el crecimiento, sobre todo en las primeras etapas de la vida y en el embarazo. Y también ayuda a la cicatrización de las heridas y el funcionamiento normal del sentido del gusto y del olfato.
Según la información publicada por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, cuando se toma durante al menos 5 meses, puede reducir el riesgo de enfermarse de resfriado común y, empezar a tomar suplementos de Zinc al cabo de 24 horas desde que los síntomas del resfriado empiezan, puede reducir su duración y hacer que éstos sean menos intensos.
Según la Mayo Clinic, las investigaciones sobre el uso del Zinc por vía oral para afecciones específicas han demostrado que “el uso intranasal se ha asociado con la pérdida del sentido del olfato, en algunos casos, por un tiempo prolongado o de manera permanente y que suplementos administrados por vía oral podrían beneficiar a las personas con úlceras en la piel y con bajos niveles de Zinc”.
Además, “los suplementos administrados por vía oral pueden reducir los síntomas de la diarrea en los niños que tienen bajos niveles de Zinc, como los que sufren desnutrición”, según Mayo Clinic.
“Las investigaciones también sugieren que el uso de Zinc por vía oral podría retrasar el avance de esta enfermedad ocular. El Zinc de uso tópico se conoce como óxido de Zinc. La crema, el ungüento o la pasta de óxido de Zinc se aplica sobre la piel para prevenir afecciones tales como la erupción del pañal y las quemaduras por el sol”, afirman desde el centro.
Zinc en la alimentación
Si llevamos una dieta variada y equilibrada, en general nuestro cuerpo recibirá la cantidad necesaria de Zinc. Las principales fuentes alimentarias son: carnes (tanto la carne de aves como las carnes rojas y las magras); cereales, sobre todo integrales; ostras y mariscos (entre ellos los cangrejos); frutos secos y productos lácteos. “Las semillas de calabaza, los mejillones, las legumbres, la carne magra, los huevos cocidos, las setas también contienen Zinc”, según añaden desde la Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales (COFENAT).
Cuando una persona tiene deficiencias de Zinc suele completar su dieta con suplementos alimenticios que incorporan este oligoelemento, aunque hoy en día casi todos los complejos multivitamínicos lo tienen. Este nutriente esencial también se vende en suplementos solo o combinado con calcio, magnesio u otros ingredientes. Uno de los usos más comercializados son las cápsulas de citrato de Zinc, ya que los comprimidos en forma de nitrato tienen una fácil absorción.
La deficiencia de este nutriente puede causar, entre otras cosas, pérdida del cabello, diarrea, lesiones en los ojos y en la piel, así como la pérdida de apetito. Además, puede provocar la pérdida de peso, problemas de cicatrización de heridas, disminución del sentido del gusto y una reducción de los niveles de concentración.
Aunque es necesario para nuestro organismo, los expertos explican los riesgos de consumir Zinc en exceso. Así que hay que ingerir la cantidad necesaria, porque si se ingiere en exceso puede producir “náuseas, vómitos, pérdida del apetito, cólicos, diarreas y dolores de cabeza”, según la información de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. “Si se ingieren dosis excesivas de Zinc durante mucho tiempo, podrían presentarse trastornos, como un nivel deficiente de cobre, poca inmunidad, y bajos niveles de colesterol HDL (el colesterol “bueno”)”, nos advierten.