Tres maneras sencillas y seguras de hacer mascarillas caseras
En este post te contamos cómo hacer mascarillas protectoras caseras. Recuerdas que su eficacia contra el contagio del coronavirus no es igual a las oficialmente homologadas.
La clorofila es un componente químico que se encuentra en las plantas, algas y en algunas bacterias. El papel de esta biomolécula es esencial en la fotosíntesis de las plantas, proceso por el cual producen energía a partir de la luz del sol. Además, es la responsable del su característico color verde y su estructura molecular se parece mucho a la hemoglobina de la sangre, solo que en vez de hierro la molécula central es magnesio. Esta sustancia es rica en minerales y en vitaminas A, E y C.
Fue descubierta en el año 1817 por los químicos franceses Pierre Pelletier y Joseph Caventou, que fueron capaces de aislarla de las hojas de las plantas. Pelletier fue el responsable de utilizar algunos métodos basados en la utilización de disolventes suaves que permitieron no solo aislar la clorofila, sino la cafeína o la quinina, entre otras sustancias.
Hay varios tipos de clorofila porque se trata de una familia de pigmentos llamadas clorofilas.
La Clorofila A está presente en todos los organismos que sean capaces de realizar la fotosíntesis. Este tipo se encuentra en los cloroplastos y hace que la energía lumínica se convierta en energía química.
Clorofila B: Este tipo de clorofila también tiene una coloración verde. Su función es la de aumentar la capacidad de absorción de luz de la clorofila A. La clorofila B está presente en algas y árboles.
Por su parte, la Clorofila C puede encontrarse en algunas categorías de algas, su función consiste en ayudar a absorber la luz solar a la clorofila A, pero solo está presente en el periodo inicial del proceso de fotosíntesis.
Existen dos tipos más, la Clorofila D y la Clorofila F. La primera se encontró en un alga roja pero de forma aislada y hace poco se descubrió que no es la propia alga la que la produce, sino una cianobacteria que se desarrolla sujeta a ellas. En el año 2010 el equipo de Min Chen publicó el descubrimiento de un nuevo tipo de clorofila, la F. Esta fue descubierta en una cianobacteria presente en estromatolitos en Australia, y permite la absorción de la luz roja con más efectividad que cualquiera de los otros tipos, según explica en Ecología Verde Mª Belén Acosta, técnica en jardinería y recursos naturales y paisajísticos.
A pesar de que es un elemento clave de las plantas y es fundamental para su supervivencia, su consumo en humanos también tiene múltiples beneficios.
La clorofila está presente en todos los vegetales verdes, obviamente, habrá más concentración de clorofila en el alimento cuanto más verde sea. Podemos encontrarla en alimentos como las espinacas, la col rizada, las acelgas, perejil, cilantro, lechuga, rúcula, etc. Por otro lado, existen algas con grandes cantidades de clorofila como la spirulina o la chlorella, consideradas superalimentos y con múltiples beneficios para la salud. También se pueden adquirir en herbolarios clorofila líquida y en forma de cápsulas o comprimidos y consumirla como suplemento. Por su parte, la Clorofila Líquida contribuye a la oxigenación y regeneración de la sangre, mejorando su calidad y ayudando a equilibrar los niveles de glucosa en ella. Como alcalinizante y antioxidante natural, la clorofila ayuda a eliminar los metales pesados y las toxinas de nuestro organismo. Además, ayuda a evitar el mal aliento y las flatulencias