Omega 3 ¿qué es y cómo te puede ayudar?
El aceite de OMEGA 3 , también conocido como ácido graso esencial viene tomando más relevancia entre los alimentos más saludables que debemos incorporar a nuestra dieta diaria, pero… ¿Por qué…
Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, cada cuatro minutos muere una persona en el mundo por cáncer de piel, un cáncer que se puede prevenir estableciendo unos hábitos saludables y sencillos. Proteger la piel frente al sol y vigilar una vez al mes son la base para evitar su aparición y promover su curación.
“Este verano los ciudadanos se enfrentan al sol más desvalidos que nunca, ya que la piel no ha contado con el periodo de adaptación a la radiación ultravioleta de otros años: se va a pasar directamente del confinamiento a la playa. Nuestro organismo y sus procesos de generación de melanina se encuentran, debido al confinamiento, en periodo invernal”, explican desde la AEDV. Por este motivo, además de proteger la piel de la radiación solar es importante que la cuidemos ya que es el órgano más grande que tenemos y es muy delicado.
En este artículo hablaremos de dos de los productos naturales más utilizados en cosmética y dermocosmética por sus propiedades: el aceite de argán y la rosa de mosqueta. Ambos se utilizan para prevenir y eliminar arrugas, cicatrices, estrías, quemaduras, etc. Además, son dos poderosos hidratantes que nutren la piel en profundidad ya que aportan ácidos grasos esenciales. Y se utilizan como regeneradores de la piel.
El aceite de argán es un aceite comestible y se utiliza tanto en gastronomía como en cosmética. El árbol del argán es originario de Marruecos. En cosmética se utiliza para el cuidado de la piel y el cabello, sobre todo como hidratante. Aunque, por sus propiedades antiinflamatorias, también se utiliza para las pieles que presentan descamaciones y para pieles secas con tendencia a la irritación.
El aceite de argán es uno de los ingredientes clave en la cosmética desde la década de los 80. En los últimos años ha aumentado su popularidad superando su producción las 4.000 toneladas.
¿Por qué tanta popularidad? Por sus ingredientes. Es rico en vitamina E, vitamina A y contiene una gran cantidad de antioxidantes. La presencia de ácidos grasos (linoléico y oléico) hace que la piel obtenga mucha más suavidad. Además, es un aceite de fácil absorción y está indicado para todo tipo de piel. En el cabello se utiliza como acondicionador ya que su uso confiere brillo, suavidad y luminosidad. Los antioxidantes hacen que sea una opción para la cosmética dedicada a frenar el envejecimiento, o lo que se conoce como los productos antiedad, además de ayudar a que aumente la elasticidad de la piel.
Las personas que tienen piel seca o tendencia a la irritación o el picor pueden usar también el aceite de argán ya que la vitamina E es la encargada de restaurar la humedad perdida. Por el contrario, la piel con tendencia acneica también se puede beneficiar de las bondades del argán porque, al ser un aceite hidratante no graso, ayuda a la reparación de las células dañadas.
La rosa mosqueta es una planta nativa de Europa. El aceite de rosa mosqueta que se extrae de las semillas es uno de los ingredientes estrella de la dermocosmética por sus ingredientes.
Un 80% de su contenido son ácidos grasos esenciales (AGE) poliinsaturados de los cuales: 41% ácido linoleico, 39% ácido linolénico, y 16% ácido oleico. Estos nutrientes son los encargados de llevar a cabo algunos de los procesos fisiológicos más importantes de nuestro cuerpo como, por ejemplo, la regeneración de los tejidos y el crecimiento celular.
Además, existe evidencia científica que prueba las propiedades cicatrizantes de la rosa de mosqueta, sobre todo en cicatrices como consecuencia de suturas, post operatorios y quemaduras.
¿Por qué tiene esa capacidad? Porque los nutrientes de la rosa de mosqueta hacen que se activen los fibroblastos que se encargan de sintetizar el colágeno y la elastina dérmica. Pero, además, se ha demostrado que tiene un poder astringente, lo que favorece la cicatrización natural. Adicionalmente, tiene un alto contenido en vitamina C (presente en la envoltura de las semillas), lo que hace que se estimule la producción de colágeno, contribuyendo a reducir las líneas de expresión y las arrugas del rostro.
Además de ser un potente cicatrizante, en cosmética se le confieren otras bondades, como la nutrición de la piel, la regeneración de la epidermis, efecto antiarrugas y antiestrías. También contribuye a la redistribución de la pigmentación de la piel, lo que ayuda a que se pormenoricen las manchas. Los expertos recomiendan su uso solo cutáneo y nunca en las mucosas. Y, al contrario que otros productos, no se debe utilizar en piel grasa o con tendencia a grasa.
Según la ONG, Intermón Oxfam, el aceite de rosa de mosqueta se puede encontrar en varios productos como las cremas faciales de noche, que suelen combinar este ingrediente con otros como el extracto de Ginkgo Biloba y té verde, “sumando a la eficacia del primero para combatir las arrugas y manchas en la piel el poder antioxidante y antiinflamatorio del Ginkgo y del té”.
También se puede encontrar en cremas de manos, sobre todo para combatir la sequedad que hace que muchas veces aparezcan grietas en la piel. En el mercado lo podemos encontrar junto con otros ingredientes como el aceite de pepita de uva y aceite de jojoba para suavizar e hidratar la piel. Asimismo, podemos encontrarla en cremas corporales. Otras personas optan por utilizar el aceite de rosa de mosqueta como único ingrediente para prevenir los trastornos cutáneos o para incorporarlo en la rutina diaria de cuidado de la piel.