Productos de temporada en agosto para tu alimentación
Descubre los productos de temporada en agosto que puedes incorporar a tu alimentación equilibrada. ¡Frutas, verduras y pescados de agosto para tu dieta! En pleno mes de agosto las calles…
El 4 de febrero es el Día Mundial contra el Cáncer, una enfermedad que se ha cobrado la vida de 112.887 personas en 2019 y que sigue siendo la primera causa de mortalidad en el mundo. De hecho, según el último informe anual ‘Las cifras del cáncer en España’ editado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), “el cáncer sigue constituyendo una de las principales causas de morbi-mortalidad del mundo. De acuerdo con los últimos datos disponibles estimados dentro del proyecto GLOBOCAN, el número de tumores continúa creciendo, habiendo aumentado desde los 14 millones de casos en el mundo estimados en el año 2012 a los 18,1 millones en 2018. Las estimaciones poblacionales indican que el número de casos nuevos aumentará en las dos próximas décadas, alcanzando los 29,5 millones en 2040”.
El cáncer es una enfermedad que se produce por “cambios (mutaciones) en el ADN dentro de las células. El ADN dentro de una célula viene en un gran número de genes individuales, cada uno contiene un grupo de instrucciones que indica a la célula qué funciones realizar, y cómo crecer y dividirse. Los errores en las instrucciones pueden hacer que la célula detenga su función normal y se convierta en una célula cancerosa”, según explica Mayo Clinic. Aunque es una enfermedad no transmisible, existen muchos hábitos diarios que pueden reducir el riesgo de cáncer.
Según la Asociación Española Contra el Cáncer, “se sabe que una vida saludable que evite estos malos hábitos disminuiría el 80% de los casos de enfermedad cardíaca prematura y diabetes; y hasta el 50% de los casos de cáncer en general”. Por este motivo llevó a cabo el pasado 13 de junio la presentación del plan integral de prevención de las enfermedades
no transmisibles en nuestro país: la `RedENT’, en colaboración con Cruz Roja Española, Federación de Asociaciones de Enfermería Comunitaria (FAECAP), Fundación Española del Corazón (FEC), Sociedad Española de Diabetes (SED) y Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC)), se han unido para presentar la nueva plataforma y las primeras medidas que se llevará a cabo con el fin de frenar el preocupante progreso de este tipo de enfermedades.
Desde la AECC, dan algunos consejos de prevención sobre todo enfocados a la alimentación saludable y al ejercicio físico:
1. Come saludable: apuesta por una dieta mediterránea: Las últimas cifras revelan que el 39,3% de los adultos españoles entre 25 y 64 años presenta sobrepeso y el 21,6% obesidad. Esto se resume en un aumento de enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares o el cáncer.
2. Haz ejercicio físico cada día: Existen suficientes evidencias científicas que demuestran que una vida activa físicamente puede proteger, fundamentalmente, frente al cáncer de colon y de mama. Además, la actividad física regular contribuye a mantener el peso en los límites adecuados y evitar el sobrepeso y la obesidad.
Aunque existen otras prevenciones, lógicas, como evitar la exposición al sol y protegerse (para evitar el cáncer de piel), no fumar (ya que el humo procedente de la combustión del tabaco (cigarrillos, puros, pipas), está compuesto por unas 4.000 sustancias diferentes, 69 de ellas altamente tóxicas y cancerígenas) o no ingerir alcohol (ya que el consumo de bebidas alcohólicas aumenta el riesgo de padecer entre otros, cáncer de la cavidad oral, faringe, laringe, esófago, hígado, colorrectal y mama).
El consumo de alimentos con puntuaciones más altos en el sistema de perfil de nutrientes de la Agencia Británica de Normas Alimentarias (FSAm-NPS), que refleja una menor calidad nutricional, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar cáncer, según un estudio publicado en PLOS Medicine y llevado a cabo por Mélanie Deschasaux del Instituto Nacional de Investigación Médica y de Salud de Francia.
Una vez más, queda demostrado que una dieta saludable previene la aparición de enfermedades, hasta ahí todo claro. Pero, ¿sabes que hay alimentos “anticancerígenos”? Un alimento de por sí, no puede aportar todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita, por eso es necesario una dieta equilibrada, es decir: más fibra, fruta y verdura a diario; menos grasa; azúcar, el justo y nada de alcohol. Según la AECC, la alimentación tiene que seguir las siguientes claves:
Las verduras, hortalizas y frutas son fuentes de minerales y vitaminas. Actúan como antioxidantes, por lo que podrían desempeñar un papel importante en la prevención del cáncer y las enfermedades coronarias. Son alimentos reguladores y aportan poca energía. Su contenido alto en fibra favorece los movimientos intestinales. De hecho, las frutas y verduras protegen, sobre todo, frente a los tumores malignos de cavidad oral, esófago, pulmón, estómago, colorrectal, páncreas, mama y vejiga.
En cuanto al impacto en la salud de las mujeres y la prevención del cáncer de mama, se ha comprobado cómo las mujeres que comen una gran cantidad de frutas y verduras todos los días pueden tener un menor riesgo de cáncer de mama, especialmente de tumores agresivos, que aquellas que comen menos frutas y verduras, según un estudio dirigido por investigadores de la Escuela Pública de Harvard TH Chan Salud y publicado en el International Journal of Cancer. En sus hallazgos, las verduras crucíferas como el brócoli y las verduras amarillas y anaranjadas tuvieron una asociación particularmente significativa con un menor riesgo de cáncer de mama. De hecho, una investigación encontró que los brotes de brócoli contienen entre 10 y 100 veces más glucosinolatos que sus contrapartes maduras. Los glucosinolatos son los principales compuestos del brócoli y sus brotes que se transforman en isotiocianatos cuando se cortan o se mastican y los estudios sugieren que los isotiocianatos tienen actividad anticancerígena y antiinflamatoria.
Las vitaminas, las imprescindibles. El ser humano no es capaz de sintetizar dichas vitaminas, por lo que es preciso ingerirlas, incluyendo en la dieta los alimentos que las contienen. Se encargan del correcto funcionamiento de los distintos órganos.
De hecho, existen múltiples estudios que muestran la eficacia de la vitamina C contra el cáncer. Según la Asociación Oncológica Integrativa, “la vitamina C en megadosis por vía intravenosa se ha usado mucho en medicina complementaria para tratar a los enfermos de cáncer con muy buenos resultados y ahora un nuevo estudio publicado en Science viene a corroborar esta hipótesis. El estudio ha sido realizado por científicos del Centro Médico de la Universidad de Kansas (EE.UU.), los cuales, han realizado un ensayo clínico y otro de laboratorio sobre los efectos de vitamina C en células cancerosas de ovario. En este nuevo trabajo, estudiaron un total de 27 mujeres con estadío 3 o 4 de cáncer de ovario a la cuales han seguido su evolución durante cinco años tras recibir una combinación de altas dosis de vitamina C inyectada junto con carboplatino y paclitaxel (dos fármacos de la quimioterapia convencional). Con ello concluyeron que los efectos tóxicos del tratamiento mostraron menor intensidad en las mujeres tratadas con vitamina C respecto a las no tratadas”.
La médico de familia, Odile Fernández, ha creado un blog que se llama “Mis recetas anticáncer”, título que comparte con un libro que también ha publicado. En estos artículos, la doctora habla de la importancia de la alimentación y algunos alimentos que ayudan a prevenir y los clasifica por colores:
Otras de las recomendaciones que más escuchamos para combatir esta enfermedad es la de la actividad física, lo que podemos llamar deporte contra el cáncer. ¿Por qué? porque la obesidad fomenta esta enfermedad y, además, es una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial.
Concretamente, la AECC recomienda hacer ejercicio físico a diario porque, aseguran, “existen suficientes evidencias científicas que demuestran que una vida activa físicamente puede proteger, fundamentalmente, frente al cáncer de colon y de mama. Además, la actividad física regular contribuye a mantener el peso en los límites adecuados”. Además, como ya hemos comentado, existe una relación sobrepeso-cáncer. “El exceso de peso es un factor de riesgo con un nivel de evidencia científica convincente respecto al desarrollo y crecimiento de determinados tumores malignos como el de mama en mujeres tras la menopausia, colorrectal, endometrio (útero) y riñón”, afirman desde la AECC.
Según el doctor Antonio
Brugarolas, jefe de la Plataforma de Oncología de
Quirónsalud Torrevieja, afirma que
“el ejercicio es un poderoso antiinflamatorio y hace maravillas en el sistema
inmunológico. Los científicos estamos empezando a entender que el cáncer tiene
un componente de inflamación y, desde luego, precisa de debilitar o engañar al
sistema inmune para poder desarrollarse. Efectuar ejercicio acelera el sistema
de transporte de glucosa a los músculos y, como consecuencia, los niveles de
ésta y de insulina son más bajos en gente físicamente activa. Complejos
mecanismos moleculares han relacionado la elevación de insulina en sangre con
un mayor riesgo de cáncer de mama”.