Que un resfriado no te pare
Practicar ejercicio cuando estás constipado o sufres una gripe ayuda en el fortalecimiento del sistema inmunológico. ¡Que un resfriado no te pare! Con el frío llegan también las flemas, los…
La vida es lo que está sucediendo en este momento más allá de la pequeña pantalla de tu smartphone. Aunque no lo puedes ver, tu atención tiene un foco principal: los datos que te muestra insistentemente este estimulante compañero. Esta tecnología ya no es nueva, lleva con nosotros el tiempo suficiente como para que hayamos podido darnos cuenta de cuál es el modus operandi. En realidad, lo que había empezado como una buena herramienta para comunicarnos, se ha convertido en un elemento que nos aísla, dificultando alarmantemente la comunicación con lo que nos rodean. Aprender a desconectar de tu smartphone es fundamental para que puedas conectar de nuevo con la vida.
En este post vamos a dar unas cuantas claves que te sirvan de guía si decides tomar cierta distancia de tu compañero digital.
Para ello, lo primero será plantearte unas breves preguntas ante las que te pido que respondas con honestidad. Aquí van:
¿Usas el teléfono móvil mientras conduces?
¿Duermes con el móvil encendido?
¿Lo primero que haces cuando te despiertas es mirar el smartphone?
¿Miras el móvil aunque no haya sonado por si te ha entrado algún mensaje?
¿Usas smartphone más de dos horas al día?
Cinco simples preguntas, cada respuesta positiva vale 2 puntos. Lo idóneo sería puntuar 0. Por encima de 4 estamos obteniendo aprobado en Adicción Digital. No te gusta la palabra, ¿verdad? ¿Suena fuerte? ¡¡Porque lo es!!
La dependencia del móvil puede comprobarse con solo salir a la calle y ver cómo la gente camina con la cara pegada a la pantalla. En España, el número de teléfonos móviles supera en cuatro millones al de habitantes. El 77% de la población sufre nomofobia, miedo irracional a no tener el móvil totalmente disponible. Y somos el país de Europa con más adicción adolescente a la red.
Lo primero para poder resolver un problema es reconocerlo y lo segundo querer cambiar. Estas simples preguntas y estos breves datos estadísticos nos ayudan a identificar la cuestión. A la vez que nos aportan algunas pistas sobre cuáles serían los límites saludables en el uso del smartphone.
Ventajas e inconvenientes del teléfono móvil
Evidentemente el smartphone tiene muchas ventajas si sabemos usarlo correctamente:
Y algunos inconvenientes:
¿Cuáles son las señales de alerta?
Muchos de los aspectos anteriores se convierten en señales de alerta y en síntomas del nivel de adicción que tenemos a nuestro terminal. Podemos elaborar un breve listado que nos ayude a verlo más claro aún. Algunas de estas señales serían:
El teléfono móvil no es un aparato inocente, está hecho en sí mismo con ciertos elementos adictivos que generan dependencia. A ello, se une su gran oferta de ocio, los juegos y las redes sociales. Todo esto es el caldo de cultivo adecuado para atrapar a las personas más vulnerables. En este momento son nuestros adolescentes. Ellos han nacido inmersos en la tecnología digital y no tienen elementos comparativos que les permitan tomar distancia de la situación. Para los «millennialls» el uso indiscriminado y continuo del móvil es normal.
Perfil del adicto
Acontinuación, vamos a repasar las características principales del perfil del adicto a esta tecnología:
¿Por qué nos hacemos adictos al móvil?
Según estudios, parece que hay ciertos elementos que ayudan a que nos hagamos adictos al teléfono móvil.
Por un lado, estaría la impulsividad y el automatismo con que lo consultamos, que nos lleva a cogerlo, aunque no haga falta. Una vez que lo tenemos en las manos, nos ponemos a trastear con él de forma casi inconsciente.
Por otra parte, pensamos que en él vamos a encontrar la solución a nuestros problemas. Va a solucionar nuestro aburrimiento, aportar nuevas sensaciones que nos ayuden a sentirnos mejor… Esto lleva hasta el punto de buscar grupos de personas de los que formar parte para compensar diferentes niveles de carencia afectiva. No nos damos cuenta que, como decía el Dr. House, aquí todos mienten. Así es bastante difícil que, por este medio, encontremos una relación sincera y auténtica. Sin dejar de lado que volvemos a lo mismo de antes, seguimos estando encerrados en nuestra habitación al margen de la vida real.
Además, el teléfono móvil nos ayuda a evitar afrontar la comunicación cara a cara, facilitando que nos escondamos tras su pantalla. Todos estos elementos colaboran a que nos desconectemos de la experiencia real, ya que vivir implica tener valor y asumir riesgos.
El teléfono móvil nos permite vivir en nuestra mente de fantasía sin afrontar la vida. Así mismo, se introduce un sesgo a la experiencia real sostenido por la selección de datos que hacemos a través de nuestro terminal. En la gigantesca tienda que es Internet, podemos comprar de todo: un perfil de personalidad, amigos, sentimientos, sexo, citas… Pero esto, en realidad, nos aleja de la vida. Aprender a desconectar de tu smartphone es el primer paso para poder conectar con lo que está pasando ahí fuera.
A dieta de datos
Si te has reconocido a ti mismo o a los tuyos en lo expuesto hasta el momento y quieres introducir un cambio en tu relación con el móvil y la realidad virtual para mejorar tu relación con la realidad vital, aquí te dejo 10 puntos a tener seriamente en cuenta.
Aprender a desconectar de tu smartphone es un paso clave para volver a ser dueño de tu tiempo y reconectar con la vida, más allá de la pequeña pantalla de tu móvil. Espero que, después de haber leído este post, lo tengas más fácil si decides hacerlo.