5 vitaminas imprescindibles para la mujer
Conoce las 5 vitaminas imprescindibles para la mujer para mantener un buen estado de salud. Sus requerimientos vitamínicos pueden variar a lo largo de sus vidas. Una vez ya has…
Estos meses marcan la fatídica época de los exámenes para muchos estudiantes. Encima, este año, los que se someten a las pruebas tienen un plus de dificultad: la pandemia. Y entre examen y examen, os venimos a dar algunos consejos para afrontar esta época de manera eficiente y exitosa.
La Bacopa Monnieri es una planta empleada tradicionalmente por la Ayurveda, la medicina tradicional de la India, para el cuidado del cerebro. Puede ayudar a la concentración y la memoria, especialmente la que se deteriora con el envejecimiento, así como a la función cognitiva. La Bacopa es una gran ayuda para la microcirculación periférica.
El Ginkgo actúa como vasodilatador específico cerebral, lo que unido a sus propiedades antioxidantes lo hacen de gran utilidad como protector del sistema nervioso central, sobre todo en personas de edad avanzada, puede paliar las consecuencias neurológicas de la aterosclerosis y es eficaz en el tratamiento de vértigos, acúfenos, mareos y jaquecas tensionales. También puede asociarse a tratamientos para alteraciones de la microcirculación ocular y como ayuda a los antiagregantes plaquetarios.
La fosfatidilserina es un fosfolípido de rápida absorción por vía oral que se encuentra en muy bajas concentraciones en la dieta diaria, pero que es esencial para el correcto funcionamiento de las membranas celulares, y se encuentra en elevadas concentraciones en el cerebro.
Todos estos ingredientes se encuentran en el complemento alimenticio Memorlíder, que además se complementa con las vitaminas B6 y B12, que ayudan a aumentar la capacidad de atención, concentración y las funciones mentales a cualquier edad.
Nuestros cuerpos necesitan energía para funcionar correctamente, y esta se consigue a través de la dieta. De hecho, de eso depende la capacidad del cerebro para concentrarse.
En el Día Mundial del Cerebro, ya hablamos sobre el impacto directo de la dieta en nuestro cerebro. De hecho, la principal energía que necesita el cerebro para funcionar es la glucosa que proviene de comer alimentos ricos en carbohidratos, como cereales, legumbres, frutas y vegetales, así como productos lácteos. Pero, además, necesita otros nutrientes esenciales: vitaminas, minerales, ácidos grasos, proteínas.
Las investigaciones muestran que los estudiantes que desayunan obtienen mejores resultados en los exámenes porque les resulta más fácil concentrarse y recordar la información que han absorbido previamente. Es por esto, que el desayuno se convierte en la comida más importante del día y en él no pueden faltar los carbohidratos, ya que nuestro cuerpo los convierte en energía fácilmente. Por otro lado, son imprescindibles las proteínas y otros alimentos que se han demostrado que estimulan el cerebro como los que contienen ácidos grasos: huevos, pescados grasos como la caballa, las sardinas y el salmón, granos enteros, col, acelgas, espinaca, brócoli, etc.
Dormir siete horas la noche de antes. Así lo afirma un estudio belga que afirma, además, que dormir seis horas o menos reduce la nota en 1,7 puntos (para una puntuación máxima de 20) en comparación con quienes descansan siete horas. Por otro lado, investigadores de la Universidad de Notre Dame (Francia) han demostrado que los datos que se memorizan antes de dormir son los que mejor consolida el cerebro.
La siesta ayuda a asimilar conocimientos. Una gran noticia para los aficionados a la siesta. Según sugiere un estudio, dormir una siesta de noventa minutos ayuda a asimilar conocimientos.
Por su parte, la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) da algunos consejos para antes del examen:
Trabaja diariamente. Para evitar acumular materia y resuelve cada día las dudas que tengas con otros. Planifica el estudio y programa los contenidos que vas a estudiar cada día dejándote dos o tres días de comodín, en previsión de que no puedas cumplir el tiempo estimado. Recuerda que cada hora y media o dos horas debes hacer un descanso, y que en la programación es necesario dejar siempre tiempo para el ocio.
Estudia en un lugar cómodo y ordenado. Dedícale también un tiempo a ordenar los apuntes y clasificarlos, eso te organizará la mente y te ayudará a potenciar la memoria.
Construye el conocimiento. Transforma el aprendizaje memorístico que no te servirá de nada en aprendizaje significativo, activo. Juega con los contenidos, discute con el texto, interpélalo, trata de visualizar en imágenes lo aprendido, subraya, haz tus propios esquemas y resúmenes, sobre todo hazte preguntas a ti mismo/a y trata de explicarte el tema como si tuvieras que enseñar a otro.
Estudia un tema nuevo apoyándote en el anterior. No hace falta que lo repases entero de nuevo, pero sí debes buscar las relaciones entre el anterior y el actual.
Estudia en una situación lo más similar a la del examen. Si el examen va a ser verbal estudia en voz alta, si va a ser tipo test estudia haciéndote preguntas con varias opciones de respuesta etc. Realiza simulacros de examen.
Evita hablar con otros antes del examen. Eso sólo servirá para ponerte nervioso/a y para dudar de lo que sabes.