Qué es la Terapia del Alma y cómo sana

La Terapia del Alma surge de un momento de meditación profunda en el que Arnie Vargas, su fundador, recibe inspiración de su Alma. Arnie Vargas es psicoanalista, cubano de origen español. Arnie lleva recorrido un largo camino espiritual en el que ha ido profundizado en diferentes corrientes espirituales hasta llegar a establecer los principios en los que se fundamenta La Terapia del Alma.

Él mismo relata que este es el nombre que escuchó una madrugada al despertar en Madrid después de un largo viaje transatlántico entre Estados Unidos y España. Él había estado contemplando cómo cambiar su forma de trabajar para lograr ser un canal de sanación de forma que pudiera conseguir un efecto duradero en sus pacientes. A su vez, quería desarrollar la forma de enseñar a otros lo que ya venía comprendiendo al leer cuidadosamente y estudiar las enseñanzas de Mary Baker Eddy y Joel S. Goldsmith.

Dice Arnie: “Aquella mañana, cuando me desperté, escuché dentro de mí: Desde ahora practicarás la Terapia del Alma. No tenía ni idea de cómo eso iba a suceder y me surgieron un sin fin de preguntas…En los meses siguientes empecé a sentir la manera en la que esto se podría llevar a cabo y de ahí nacieron los primeros cursos de Terapia del Alma. A partir de entonces comenzamos este camino profundizando cada vez más y practicando este método que ya ha sido impartido en EEUU, España y Turquía”.

Los antecedentes de la Terapia del Alma

La Terapia del Alma se enmarca en el ámbito más amplio de la Curación Metafísica o Espiritual. Hunde sus raíces en la Ciencia Cristiana desarrollada por la mística estadounidense Mary Baker Eddy y en el movimiento espiritual del Camino Infinito de Joel S. Goldsmith.

A finales del XIX, Mary Baker descubrió la forma de sanarse a sí misma y de sanar a los demás, basándose en claves que encontró en las escrituras de tradición judeo-cristiana. Estudiando las curaciones y milagros que hacía Jesús, la Sra. Eddy se dio cuenta de que había una clave común en todas las curaciones atribuidas al maestro. Esta clave era que Jesús no veía ni enfermo ni enfermedad, por esta razón la gente se curaba. Es decir, Jesús veía la Perfección del Ser Supremo en todos, reconociendo en todos la Esencia del Creador, reconociendo a todos como Hijos de Dios, no pudiendo el Hijo ser distinto a lo que el Padre es.

Todo esto que nos puede sonar tan raro, está en los Evangelios, en la Biblia y en todo el acervo místico de la Iglesia Católica, entre otras. Sólo necesitamos leer despacio, poner atención a las palabras que se usan, a lo que viene implícito y está oculto entre líneas, para poder descubrir la forma en la que Jesús curó a los enfermos, dio de comer a la muchedumbre y resucitó a los muertos.

Así, podemos decir que el Principio básico de la Terapia del Alma es lo que se llama la Ciencia del Ser, cuyo postulado es que todo ser individual es lo que el Ser es. El Ser es Todo en todo. Por lo tanto, no puede haber el Ser y otra cosa. Cuando hablamos de tratamiento espiritual, entendemos que todo debe mantenerse a nivel del Espíritu. La materia no entra para nada en el tratamiento. De tal forma que es esencial que el practicante de esta terapia tenga claro el hecho de no caer en el error de estar tratando ni a un paciente, ni a una enfermedad, ni a un síntoma.

Al principio cuesta entenderlo debido a todo lo que se nos ha enseñado sobre enfermedades y sobre cómo tratarlas. Pero realmente esta forma de tratamiento no es nueva. Podemos encontrar sus bases metafísicas en los escritos místicos de diferentes tradiciones cómo la budista, la hinduista, la hebrea o la cristiana.

¿Cómo sana la terapia del Alma?

Los místicos de la India ya sabían lo que Mary Baker descubrió. Esto queda de manifiesto en el hecho que en zonas de la India se usa la palabra Namasté para saludarse. Esta expresión quiere decir más o menos esto: El Buda o Espíritu Divino que mora en mí, saluda al Buda que hay en ti. Así se reconoce la Divinidad en cada ser y también el hecho de que procedemos de un mismo origen o Conciencia Suprema.

Una de las dificultades que tiene esta terapia es que esta manera perfecta de contemplarnos es difícil de sostener, ya que tendemos a ver la realidad bajo el prisma de la dualidad, en lugar de entender que todo es perfecto tal cual es, porque todo es completo al reflejar al Ser Verdadero. Siendo toda la creación un reflejo perfecto del Creador.

Esto también difiere de las enseñanzas religiosas clásicas Judeo-Cristianas que muestran al hombre como un ser imperfecto e impuro que debe ser redimido. Esta visión incorrecta es el origen y causa de que las enfermedades y carencias de todo tipo hayan perdurado en la tierra.

La clave de la sanación espiritual

Así, la clave de la sanación a todos los niveles, se encuentra en ver al hombre/mujer como imágenes semejantes de la Perfección, el reflejo de ese Ser perfecto al que las tradiciones han llamado Dios, pero al que también podemos llamar Inteligencia Suprema, Conciencia Infinita, Vida, Luz, Origen, Amor Infinito, Justicia, Armonía, Tao, Verdad… Esta clave, esta visión perfecta, es fundamental para la curación, ya que, según todos los místicos y sanadores, es imposible sanar a alguien si se le percibe cómo enfermo.

Aquí, podemos observar que el trabajo, donde se hace realmente, es en el nivel de la mente del observador o terapeuta, que desarrolla una percepción corregida sobre el paciente, de forma que a su vista aparece como perfecto, con todos los atributos del Ser Perfecto al que refleja y por el que ha sido creado. Por lo que no es una mejoría de la humanidad lo que se alcanza, si no reflejar un nivel de perfección que trasciende lo humano y nos conecta con el Hombre Original, con la Idea Perfecta del Hombre Perfecto que es lo que realmente la Inteligencia Infinita creó.

Esta visión o percepción corregida se realiza por parte del terapeuta durante una sesión de meditación en la que se aplica el tratamiento. Por lo tanto, es una terapia que se desarrolla en meditación profunda, momento en el cual se afirma la Única Verdad como la única realidad de todo ser individual. Esta toma de conciencia es la que sana.

Conclusiones

Esta terapia requiere de mucho estudio y profundización en las verdades metafísicas y un gran entendimiento sobre cómo funciona el sistema que el Creador creó y que nos permite a todos manifestar la Realidad Original sin carencias de ningún tipo. Pero el esfuerzo merece la pena, sobre todo para aquellos que sienten este camino como un propósito de vida al servicio de la mejora de la humanidad.

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