¿Uñas frágiles?

Conoce distintos signos de que tienes las uñas frágiles así como algunas soluciones relacionadas con una alimentación equilibrada y los buenos hábitos. 

Como ya sabemos, las uñas están compuestas en gran parte de queratina (al igual que el cabello), una proteína resistente, rica en azufre e insoluble.

Sin embargo, la debilitación de las uñas es un problema bastante habitual de valoración compleja ya que puede ser producido por diferentes motivos como las agresiones externas, el envejecimiento celular, cambios hormonales o el estrés, dando como resultado una alteración en su estructura natural.

¿Cuáles son los principales signos y qué nos indican? 

  • Manchas blanquecinas o amarillas: Suele darse por onicomicosis u hongos (como se conocen comúnmente), pudiendo pasar de tener unas simples manchas a la fragilidad o incluso a la deformación de la uña. Los hongos más frecuentes son los dermatofitos aunque puede darse también la infección por levaduras, como las cándidas u otros hongos, apareciendo el problema en una o varias uñas.

También se puede dar por leucoquia, que se presenta cuando ha tenido lugar un proceso inflamatorio o traumatismo en la matriz de la uña haciendo que la queratización no sea normal.

  • Alteraciones del color y/o grosor de la lámina de la uña: puede indicar que existe alguna enfermedad interna como problemas de corazón, hepáticos, anemia, diabetes o incluso de origen tiroideo.

  • Líneas de Beau: este problema se suele dar tras haber estado débiles o bajos de defensas y consiste en unas pequeñas depresiones o surcos en la superficie de la uña.

  • Uñas frágiles/quebradizas: suelen tener un cierto grado de fragilidad, se abren en capas o rompen sin apenas hacer nada. Se intuye que existe una falta de nutrientes como puede ser déficit de calcio, zinc o silicio.

También por diferentes causas externas se pueden empobrecer las uñas, como la manipulación de agentes irritantes frecuentes en los productos de limpieza o las  lacas de uñas de dudosa calidad.

¿Hay soluciones?

Aunque a veces resulta complicado, existen detalles que podemos tener en cuenta para prevenir, tanto infecciones como algunas de las afecciones que hemos mencionado anteriormente: evitar la elevada sudoración, los ambientes húmedos en el trabajo o el calzado no traspirable. También es recomendable que utilices siempre zapatos o chanclas en piscinas, gimnasios o saunas para evitar el contagio de posibles hongos.

Una vez más, partimos de la base de que con una alimentación sana y equilibrada todo nuestro organismo funciona en general bastante mejor y… te sientes mejor ¿a que sí? Si además añadimos algunos buenos hábitos, mucho mejor:

  • Corta las uñas con frecuencia y mantén una limpieza diaria.

  • Usa cremas protectoras y/o aceites especiales para uñas, como el aceite de argán, que gracias a su elevado contenido en acidos grasos esenciales, ayudan a hidratar las uñas y la piel con tan solo unas gotitas al día.

  • Ayúdate de guantes si vas a hacer uso de agentes irritantes (por ejemplo, ciertos productos de limpieza) e intenta no tenerlas mucho tiempo en el agua para evitar que se reblandezcan demasiado.

  • Reduce el uso de esmaltes y limas, a menos que tengas algún problema en las uñas.

  • En cuanto a los suplementos naturales, hay complementos muy eficaces que contienen minerales, vitaminas y aminoácidos que ayudan a fortalecer, no solo las uñas, sino también el cabello y la belleza de la piel. Entre sus componentes suele destacar la L-Arginina, Levadura de Cerveza, Levadura de Selenio, Extracto de Bambú (muy rico en silicio), Vitamina B1 y B12, Extracto de Uva o vitamina E, entre muchos otros.

La pregunta es ¿quieres presumir de uñas?, ¡pues vamos a poner solución!


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