Alimentos de proximidad y economía circular
El 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, que tiene su origen en 1975, año en el que se organizó en Belgrado el Seminario Internacional de Educación Ambiental y que contó con la participación de expertos de más de 70 países.
En este evento se establecieron los principios de la educación ambiental en el marco de los programas de las Naciones Unidas. Y como resultado se publicó la Carta de Belgrado, en la que se plasman las reivindicaciones fundamentales de la educación ambiental, cuyas metas son: Formar una población mundial consciente y preocupada con el medio ambiente y con los problemas asociados, y que tenga conocimiento, aptitud, actitud, motivación y compromiso para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones para los problemas existentes y para prevenir nuevos.
La Sección de Documentación e Información Ambiental del CENEAM del
Ministerio para la Transición ecológica puso en marcha una guía de recursos para ayudar a la iniciación en su
estudio, profundizar e investigar y poner en marcha actividades y programas de
educación ambiental.
Alimentos de proximidad: un reto
Dentro de nuestra educación ambiental y conciencia social debe ocupar uno
de los primeros puestos la alimentación. Muchos organismos, tanto públicos como
privados, llevan tiempo impulsando medidas para que nuestra alimentación sea
más sana y menos perjucidial para el entorno que nos rodea.
De hecho, se fomenta cada vez más el consumo de alimentos de proximidad, es decir, aquellos que tenemos cerca. Los alimentos que consumimos recorren miles de kilómetros hasta llegar hasta nosotros, esto tiene un impacto económico, además de nutricional, ya que pierden muchas propiedades.
¿Sabemos el impacto que tiene nuestra alimentación en la tierra? No lo
sabemos, pero podemos averiguarlo, gracias a una herramienta puesta en marcha
por ECODES. La importancia de la iniciativa CeroCO2 de ECODES, que ha desarrollado una nueva
calculadora de Alimentación completando así, con una nueva fuente de emisión,
las calculadoras de Huella de Carbono dirigidas a la ciudadanía presentes en su
página web.
Según la organización no gubernamental “en España las emisiones de GEI asociadas al sector agroganadero en el año 2017 suponían el 12% de las emisiones totales. Sin embargo, no todos los sistemas de producción de alimentos tienen el mismo impacto: según la FAO la producción ecológica de alimentos puede reducir entre un 48 y un 66% las emisiones respecto a la producción no ecológica. Tampoco todos los alimentos tienen la misma Huella de Carbono asociada a su producción, de hecho los productos de origen animal son responsables de entre el 56-58% de las emisiones totales de GEI de la producción de alimentos, mientras que solo proporcionan el 37% de nuestra ingesta de proteínas y el 18% de las calorías”.
Además aseguran que “en relación con el sistema de producción, pero
especialmente con el modelo de consumo, nos encontramos con un gran problema:
el transporte. En 2011 debido a la importación de alimentos se emitieron 4,2
millones de toneladas de CO2eq a la atmósfera. Se estima que la huella de
carbono de los alimentos producidos localmente es entre 5 y 40 veces menor que
la media”.
Economía circular, falta por hacer
En 2017, la Fundación Cotec publicó el primer informe sobre la situación de la Economía Circular en España, que fue presentado en la ‘XI Cumbre de Cotec Europa’. Según la Fundación “la Economía Circular está dejando de ser un concepto abstracto para adquirir cada vez más protagonismo, al convertirse en un referente de los grandes cambios o transiciones que necesitan los modelos y estilos de vida actuales, los cuales implican una alta presión sobre los recursos, la degradación de los ecosistemas y la pérdida del capital natural. Se trata de disponer de nuevos patrones de desarrollo, que garanticen un futuro sostenible, transformando sustancialmente nuestras formas de producir, consumir y vivir”.
“En el caso de España, tras la presentación por parte de la Comisión
Europea en diciembre de 2015 del Plan de Acción de la UE para la Economía
Circular, y las sucesivas iniciativas desarrolladas en 2017 y 2018, se han
intensificado las acciones llevadas a cabo en el ámbito de la circularidad por
parte de las administraciones (central, regional y local), así como por parte
de los sectores empresariales, las instituciones y la sociedad civil”, afirman en el preámbulo de su segundo informe de
2019.
En este informe se concluye que “de cara a cumplir el objetivo político de la UE, también asumido por España, de aumentar la productividad de los recursos en un 30% para 2030, las tendencias en nuestro país se muestran inciertas. Considerando el actual punto de partida, las expectativas para mantener una mayor productividad de recursos pueden ser relativamente mejores respecto a la tendencia general de la UE. Sin embargo, no existen garantías de mantener la posición favorable conseguida hasta ahora, sustentada en razones económicas coyunturales del periodo recesivo”.
Zerowaste, vivir sin residuos
El movimiento Residuo Cero o Zero Waste está enmarcado dentro del concepto de Economía Circular y consiste en no generar residuos. El llamado, zerowaste. ¿De qué se trata? De vivir sin residuos, concretamente defiende el consumo responsable y la reutilización de los residuos. Cada vez son más las personas que implementan esta forma de vida. Todo requiere un cambio en la forma de comprar alimentos y productos y en la alimentación. ¿Cómo? Evitando envases y plásticos, comprando a granel, comprar ropa de segunda mano, usar bolsas de silicona para congelar los alimentos, cambiar los cepillos de dientes de plástico por cepillos orgánicos…
La precursora de este movimiento en el hogar se llama Bea Johnson, una
activista ambiental, escritora y conferencista francesa, reconocida por
impulsar el movimiento ecológico basura cero a nivel mundial, además tiene
tres libros sobre temas Zerowaste.
Por su parte, la Zerowaste Alliance se encargar de fomentar proyectos y de divulgar la filosofía de residuo cero. Para esta organización la mejor definición de este movimiento es «la conservación de todos los recursos mediante la producción, el consumo, la reutilización y la recuperación responsables de productos, envases y materiales sin quemar y sin descargas a la tierra, el agua o el aire que amenacen el medio ambiente o la salud humana».
Así que, para conmemorar
el próximo día de la Educación ambiental ya tenéis varias claves y movimientos
que seguir y que empezar a poner en práctica.