La nueva mujer de 50 años, digna hija de la década de los 60
En este post te contamos cómo las mujeres de cincuenta años tienen todavía mucho que decir en la sociedad, son una semilla del cambio.
Fue en el año 2015 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) predijo que la depresión sería en 2030 la primera causa de baja por enfermedad en el primer mundo. Nuestro estilo actual de vida hace que vivamos en un permanente estado de alerta por culpa del terrorismo que nos atemoriza, la presión laboral a la que estamos sometidos, el entorno competitivo que nos rodea y el conjunto de miedos y complejos que dan forma a nuestra propia mochila emocional.
Como otros males de la sociedad actual, el problema reside en que nadie a nivel educativo nos enseña a gestionar la inteligencia emocional. La mente puede ser maravillosa si sabemos el modo de orientarla hacia el bien, porque de lo contrario la podemos convertir en el peor de nuestros enemigos comenzando un proceso autodestructivo en caso de no contar con las herramientas necesarias para afrontar y solucionar los problemas emocionales.
Hoy hablamos del PROTIZEN®, un ingrediente natural encontrado en los complementos alimenticios que destaca por contribuir en la mejora del estado de ánimo. Las propiedades del PROTIZEN® le convierten en un componente indicado en estados ansiosos o depresiones leves cuando nos encontramos apáticos, introvertidos y con nulos deseos de desarrollar una actividad (laboral o de ocio).
En estos periodos de tristeza la solución más sencilla consiste en esperar a que se elimine de manera automática, cuando en realidad todavía nos encerramos cada vez más en nosotros viéndose afectadas, en última instancia, las relaciones sociales. Por tanto, el PROTIZEN® es una patente registrada internacionalmente que se encuentra avalada por diferentes estudios clínicos que demuestran cómo este ingrediente ayuda al control de la ansiedad y el estrés. El PROTIZEN®, procedente de péptidos marinos hidrolizados, se emplea en complementos alimenticios para un efecto relajante.
Se trata de proteínas obtenidas de un pez llamado Carbonero que se encuentra por norma general en el Mar del Norte y suele confundirse con el bacalao y el abadejo. Alemania es el mayor consumir de este tipo de pez.
El PROTIZEN® encuentra su origen en el Carbonero por un proceso enzimático denominado hidrolisis. Mediante este proceso natural se descomponen las sustancias orgánicas gracias al agua.
El PROTIZEN® se emplea en complementos alimenticios para un efecto relajante que puede compararse con el de muchos ansiolíticos, sin contar con efectos secundarios ni contraindicaciones. Los estudios clínicos realizados confirman sus resultados favorables tras una hora en el 60% del grupo y un 70% respecto al grupo de placebo.
Por lo tanto, PROTIZEN® ayuda en la disminución de los síntomas de la ansiedad debido a su contribución para reducir la producción de las hormonas del estrés. Aunque esta patente no tiene una relación con los ácidos grasos Omega 3, no es casual que ambos contribuyan en la mejora del sistema nervioso. Los dos tienen el origen en común: pescado.
Puedes hacer click en este enlace para observar una serie de patentes que a partir de diferentes pescados ayudan con su acción neuroprotectora, tanto en el desarrollo normal de los procesos degenerativos asociados el envejecimiento como para prevenir y ralentizarlos.
Si nos encontramos en la tesitura de elegir entre carne y pescado, el sentido común debería decantarse por el pescado. De hecho aquellas culturas, como la japonesa, en las que prima el consumo de pescado tienen una esperanza de vida más elevada.
La contaminación marina es la única advertencia a la que debemos prestar atención. Los vertidos fraudulentos, la falta de control o la industria despiadada por no hacer bien las cosas provoca que aquello que resulta beneficioso por un lado puede traer otros contaminantes a nuestro organismo.
Recuerda que debes evitar los pescados azules de gran tamaño como el atún ya que los metales pesados se adhieren a su piel y pueden terminar en tu organismo produciendo daños irreversibles. Opta por el consumo de pescados más pequeños como la sardina, el boquerón o las anchobas.
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