10 beneficios de la Vitamina C
¿Sabías que los seres humanos no producimos Vitamina C? En este post te hablamos de su importancia y de la necesidad de consumirla frecuentemente.
Nuestro sistema urinario está formado por dos órganos, los riñones, que filtran la sangre y se encargan de recoger sustancias de desecho, que expulsan mediante la producción de orina. Esta baja por los uréteres, conductos de salida del riñón, hacia la vejiga, órgano de almacenamiento, desde donde luego se expulsa hacia el exterior a través de la uretra, que es el conducto que regula la salida de la orina al estar rodeado de tejido muscular, como dos esfínteres que regulan la expulsión de orina, ya que están inervados y comunicados constantemente con nuestro cerebro.
La incontinencia urinaria es la pérdida del control de la vejiga por lo que se produce una pérdida incontrolada de orina y un mal dinamismo de la vejiga. Los escapes pueden producirse al estornudar, reír, realizar algún esfuerzo o ejercicio físico.
Esta disfuncionalidad provoca un gran impacto psicológico y social, que afecta al ritmo de vida del paciente, aunque en un 80% de los casos no se le da la importancia que requiere, sin intentar aclarar el motivo de la misma y su posible solución. Es una alteración que se considera un estigma social y el paciente prefiere padecer en silencio. La incontinencia en sí no es una patología, sino una consecuencia en la alteración del llenado de la vesícula y puede presentarse en muchas enfermedades: diabetes, accidentes cerebrovasculares, esclerosis múltiple, Parkinson, como consecuencia de algunas intervenciones quirúrgicas e incluso durante la maternidad.
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Puede manifestarse a cualquier edad y en ambos sexos. Sin embargo, es más habitual en mujeres mayores de 60 años. En la población normal, la incidencia de incontinencia en las mujeres de más de 65 años es de más del 25%, en comparación con alrededor del 15% en los hombres. La edad es el factor más asociado a la incontinencia urinaria y el pico de máxima frecuencia se sitúa entre los 50 y 60 años. La pérdida de orina es uno de los trastornos más comunes e incapacitantes en los ancianos.
El impacto de la incontinencia urinaria en la calidad de vida del paciente es muy elevado: provoca sensaciones de vergüenza, pérdida de autoestima, estados depresivos, etc. Es fundamental la falta de descanso nocturno que puede provocar, ya que en los casos de incontinencia urinaria nocturna, el paciente llegue a levantarse más de dos veces durante la noche, lo que provoca alteraciones en el sueño y cansancio.
Las causas de los distintos tipos de incontinencia son variadas: transitorias o permanentes, provocadas por enfermedades o trastornos, o bien físicas o psicológicas. Entre las causas físicas encontramos: las funcionales (que llevan fallos en la contención de uretra y vejiga), anatómicas (por cambios en el aparato genitourinario durante la menopausia, en la mujer, o por alteraciones prostáticas, en el hombre) y por alteraciones en el control de la vejiga (diabetes, alteraciones medulares, accidentes cerebrovasculares).
En el caso de la incontinencia transitoria pueden ser varias situaciones puntuales las desencadenantes: infecciones urinarias, reducciones en la movilidad, retenciones urinarias, inflamaciones, impacto fecal, exceso de medicamentos o como efectos secundarios de éstos (medicamentos para la hipertensión, anticatarrales, sedantes, antipsicóticos, diuréticos, cafeína y excitantes, alcohol).
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Podemos encontrar distintos tipos de incontinencia y en cada uno es aplicable un tipo de tratamiento:
Para el tratamiento de la incontinencia debe encontrarse el factor desencadenante. Aun así hay recomendaciones que evitarán situaciones conflictivas, como es el caso de restringir los líquidos durante la noche, especialmente el café, té, chocolate o alcohol, que incrementan la enuresis. Hay medicamentos que pueden ser útiles en estas situaciones pero que tienen efectos no deseables frecuentes: alteraciones de la visión, sequedad de boca, estreñimiento, etc.
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Estudios clínicos recientes han evaluado una combinación de dos extractos: un extracto especial de semillas de calabaza sin fracción lipídica y un extracto de germen de soja que aporta un 40% de isoflavonas de soja, demostrando que pueden cuidar de la salud de la vejiga tanto de hombres como de mujeres.
En diferentes estudios clínicos realizados se ha llegado a la conclusión que la combinación del extracto de semillas de calabaza y de isoflavonas procedentes de germinados de soja es efectiva en la reducción de los síntomas de la incontinencia de estrés en mujeres y de la vejiga hiperactiva en los hombres.
En el caso de las mujeres la combinación ha mostrado una evidencia clínica muy favorecedora en la incontinencia por estrés en la mujer:
En el caso de los hombres la evidencia clínica derivada de esta combinación en la mejoría de los síntomas de la incontinencia por vejiga hiperactiva es: