¿Cómo podemos afrontar la temporada de alergias? Refuerza tus defensas

Estamos a punto de comenzar la primavera y los alérgicos sabemos lo que supone. En este artículo hablaremos de los alérgenos y de la estrecha relación entre el sistema inmune y las alergias, así como de los nutrientes esenciales para reforzar nuestro sistema inmunitario. 

La alergia es una reacción que tiene el sistema inmunitario hacia un “cuerpo extraño”, que suele denominarse como alérgeno, y al que ataca directamente a pesar de no ser dañino para el organismo. Algunas de estas sustancias suelen ser el polen, los ácaros, las esporas de moho, la caspa de los animales, etc. Aunque existen otros factores como las alergias alimentarias, la alergia a las picaduras de insectos o a ciertas medicinas. 

Estos alérgenos se caracterizan “por ser sustancias inocuas para el resto de la población que no es alérgica y por tener la propiedad de generar un tipo especial de anticuerpos, la inmunoglobulina E (IgE)”, en palabras del médico especialista en Alergología y Jefe del Servicio de Alergia del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, el Dr. José Manuel Zubeldia Ortuño.

Según la Biblioteca Nacional de Estados Unidos los principales síntomas se pueden resumir en “goteos nasales, estornudos, picazón, sarpullidos, edema (hinchazón) o asma”, aunque depende del tipo de reacción, ya que diferencian las leves de las severas. En este sentido, una de las peores consecuencias que puede tener es la anafilaxia, que puede llegar a ser mortal.

El papel del sistema inmune en las alergias

Las reacciones alérgicas comienzan en el sistema inmune, que es nuestro batallón de defensa ante los patógenos, por lo que es el encargado de combatirlos. Sin embargo, en las alergias lo que ocurre es que se trata de una “falsa alarma” y ataca sin ser necesario. 

“El sistema inmunológico sobrerreacciona al alérgeno produciendo anticuerpos Inmunoglobulina E (IgE), Estos anticuerpos viajan a las células que liberan histamina y otros mediadores químicos, y causan una reacción alérgica”, explican desde la Academia Estadounidense de Alergias, Asma e Inmunología. 

Pero entonces, ¿es la alergia una enfermedad del sistema inmune? El Dr. Zubeldia explica que “la alergia, a pesar de ser muy frecuente y causar síntomas de los que todo el mundo habla, es una gran desconocida”. Y pone de ejemplo el infarto: “Si ante un infarto de miocardio casi todos sabrían identificar al corazón como el órgano dañado, ante una enfermedad alérgica pocos podrían determinar dónde se localiza la alteración que la desencadena”. 

“Las sustancias liberadas de las células que intervienen en las reacciones alérgicas son las responsables últimas de los síntomas que sufre el paciente alérgico”, afirma este experto. La histamina es uno de los principales mediadores de la inflamación alérgica. “La respuesta biológica a la liberación de la histamina es: el picor cutáneo, por estimulación de los nervios; la dilatación y aumento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos, con lo que se produce calor y enrojecimiento de la piel y de las mucosas, y salida de líquido hacia los tejidos de alrededor, con lo que se origina hinchazón (edema); y la contracción de la musculatura de los bronquios, que causa dificultad para respirar y mayor producción de moco en las vías respiratorias”, asegura el doctor. 

En este sentido, la histamina es “absolutamente indispensable”. El doctor recuerda que “en pequeñas cantidades y en condiciones normales, contribuye a la regulación de diversas funciones: contrae los vasos sanguíneos poco utilizados, mantiene convenientemente húmedas las mucosas y estimula el necesario equilibrio entre los tejidos y la sangre”.

Por otro lado, la triptasa es una sustancia sintetizada por los mastocitos, que se libera durante las reacciones alérgicas. “Su determinación en la sangre u orina es utilizada para establecer la existencia de reacciones alérgicas debidas a la activación de estas células”, añade el doctor. Y resume: “En la reacción alérgica participan distintas células, principalmente: mastocitos, basófilos, linfocitos y eosinófilos”. 

Top nutrientes para reforzar el sistema inmune

Existen algunos nutrientes claves para el correcto funcionamiento del sistema inmune, ya que si tenemos déficit podríamos exponernos a ciertas enfermedades. 

Una alimentación descompensada y que no cuente con el suficiente equilibrio y variedad fomentará la bajada de nuestras defensas. Por ello son tan importantes las vitaminas y minerales para reforzar el sistema inmune:

  • Vitamina A: se encarga de la formación y mantenimiento de los dientes, piel, mucosas, membranas y tejidos óseos.
  • Vitaminas del complejo B: entre sus propiedades se encuentra el fortalecimiento del sistema inmune.
  • Vitamina C: se trata de otra vitamina que contribuye al fortalecimiento del sistema inmune. De igual manera ayuda en la conservación de los huesos, dientes y vasos sanguíneos en buen estado.
  • Zinc: es un mineral requerido en el organismo para que el sistema inmune funcione de manera adecuada.
  • Hierro: nos encontramos frente al encargado de transportar el oxígeno en sangre y de incrementar la resistencia del organismo a las infecciones.
  • Probióticos: Los probióticos son organismos vivos que pueden tener efectos beneficiosos como contribuir al equilibrio de nuestra flora intestinal y potenciar el sistema inmunitario. Si quieres saber más sobre los beneficios de los probióticos para el sistema inmune, pincha aquí.

¡Prepara tu hogar para combatir las alergias!

Os traemos algunos consejos para preparar vuestro hogar de cara al inicio de la primavera de las manos de la Cínica Mayo:

  • Cama y ropa de cama. Cubre las almohadas, los colchones y los somiers tapizados con fundas contra los ácaros del polvo. Lava las sábanas, las fundas de almohada y las mantas por lo menos una vez a la semana con agua caliente a 130 °F (54 °C) como mínimo.
  • Pisos. Retira las alfombras. Si esa no es una opción posible, utiliza alfombras de pelo corto y límpialas todas las semanas.
  • Cortinas y persianas. Usa cortinas lavables hechas de algodón liso o tela sintética. 
  • Ventanas. Cierra las ventanas y utiliza el aire acondicionado durante la temporada de polen. Limpia el moho y la condensación de los marcos de las ventanas y los alféizares. 
  • Mobiliario. Evita los muebles tapizados.
  • Desorden. Retira los artículos que acumulan polvo. Guarda los juguetes, juegos y peluches de los niños en recipientes de plástico.
  • Plantas. Busca un nuevo hogar para las plantas en macetas o coloca grava para acuario sobre la tierra para ayudar a contener el moho.
  • Cocina. Instala y usa un extractor de aire con sistema de ventilación para eliminar los vapores de la cocción y reducir la humedad. 
  • Ventilación. Instala y usa un extractor de aire para reducir la humedad mientras te bañas o te duchas.
  • Calidad del aire. Usa un deshumidificador para reducir la humedad y límpialo una vez por semana.
  • Almacenamiento. Almacena artículos de colección y ropa en recipientes de almacenamiento de plástico.
  • Secado de ropa. Ventila la humedad al aire libre.

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