Cómo mantener una dieta equilibrada cuando estás fuera de casa
La mayoría de los españoles comemos habitualmente fuera de casa. Lo que significa que no siempre conseguimos llevar una dieta sana y equilibrada.
Con el comienzo del mes de septiembre son millones las personas que se incorporan nuevamente a su puesto de trabajo tras haber disfrutado de sus vacaciones. Por norma general lo hacen con algún kilo extra, por lo que pueden seguir los siguientes consejos para perder peso tras los excesos acumulados durante el periodo estival. La subida de peso, aunque generalizada en un alto porcentaje de la población, puede ser más o menos intensa en función de los hábitos seguidos durante el verano.
Es probable que hayas aparcado las rutinas semanales relacionadas con el deporte en vacaciones, pero no debes haberlas frenado de manera inmediata. Desacelerar progresivamente contribuye a que la subida de peso no haya sido tan manifiesta. Caminar y nadar durante 30 minutos al día son dos actividades físicas que actúan de manera beneficiosa en ese sentido.
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En vacaciones es habitual que comamos fuera de casa con cierta frecuencia, por lo que debes consumir los productos más saludables de la carta y aprovechar cada vez que permanezcáis en casa para preparar recetas al vapor y al horno, además de incluir verduras, hortalizas, cereales integrales, carnes magras y pescados en vuestra alimentación. Esto mismo debéis hacer al volver a vuestra residencia habitual.
No os olvidéis de llevar siempre una pieza de fruta para tomar a mediodía o por la tarde. Incluso un puñado de frutos secos nos puede evitar comer otros alimentos ricos en grasas y calorías vacías que lo único que nos hará es engordar sin alimentarnos de manera saludable. Además podéis tomar piña, limón, remolacha o brócoli para limpiarse y sentirse con menor pesadez.
Al mismo tiempo, aunque en vacaciones haya resultado complicado fijar unos horarios, en septiembre estos deben ser estables y sin que existan distracciones cuando nos encontramos en la mesa. Recordad que la televisión o cualquier dispositivo electrónico pueden despistarnos a la hora de centrarnos en la comida, y como consecuencia las cantidades ingeridas suelen ser mayores.
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El agua es un gran aliado en cualquier momento, incluido el verano o la vuelta de vacaciones, por lo que se consumo debe estar por encima del de los refrescos ya que estos aportan una alta cantidad de azúcares. En ningún caso es bueno obsesionarse con el peso, ya que lo normal es perder entre 0,5 y 1 kilo por semana porque de lo contrario se puede perder masa muscular. El último consejo consiste en hacer la compra siempre con el estómago lleno para evitar comprar algunos caprichos repletos de calorías, grasas y azúcares.