Probióticos… ¡Sí, por favor!
También llamados alimentos funcionales, los probióticos ayudan a aumentar las defensas de forma natural. ¡Descubre los alimentos en que puedes encontrarlos! En un cuerpo denominado huésped, según la Organización Mundial…
No es esta la primera vez en la que vamos a tratar acerca de las propiedades antioxidantes de diferentes productos que contribuyen a eludir el envejecimiento prorrogando la juventud durante el mayor tiempo posible. Así lo hicimos mientras explicábamos en anteriores artículos los factores que conllevan el daño oxidativo en el deporte, la manera de combatir los radicales libres con antioxidantes, los síntomas del envejecimiento prematuro o los cambios experimentados por nuestro organismo desde el instante en el que disminuye la producción de colágeno.
En esta ocasión todos nuestros sentidos se van a centrar en los beneficios de la granada, una de las frutas más vistosas para nuestros ojos que sobresale por sus propiedades antioxidantes para evitar el envejecimiento. Su bajo valor calórico gracias a su escaso contenido en hidratos de carbono convierte a esa fruta de la familia de las Punicáceas en una de las más indicadas para las dietas de control de peso y adelgazamiento. La ligereza de la granada es otro factor diferenciador respecto a otras frutas, además de la utilización de prácticamente la totalidad de sus partes (corteza, semillas, zumo, flores).
Como ya hemos señalado si algo distingue a la granada son sus propiedades antioxidantes debido a que ayuda a combatir los radicales libres de manera natural y, por tanto, previene las enfermedades asociadas al envejecimiento celular. Esta fruta posee abundante cantidad de ácido elágico, un polifenol que le dota de poder en dos direcciones bien diferenciadas: antitumoral y antioxidante. De este modo el ácido elágico es el encargado de evitar los procesos de fotoenvejecimieto y proteger al colágeno de la piel.
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Asimismo su efecto antioxidante contribuye en el mantenimiento de la piel en buen estado y, a nivel interno, favorece la circulación de la sangre previniendo el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Para los casos de estrés y daño oxidativo se recomienda el consumo de granada con tal de ralentizar el proceso de envejecimiento y que este sea acorde a tu reloj biológico.
Sin embargo no nos encontramos ante la única propiedad beneficiosa para la salud que ofrece la granada. Esta fruta típicamente otoñal es también muy valorada gracias a sus propiedades antiinflamatorias, diuréticas y antimicrobianas, destaca por su alto contenido en fibra que contribuye a regular el tránsito intestinal poniendo fin al estreñimiento y es rica en vitaminas (C, B5, A y E) y minerales.
Puede darse el caso que, aun consciente del conjunto de beneficios para la salud que ofrece esta fruta símbolo de la fertilidad en Oriente, consideres únicamente a la granada como un antioxidante para evitar el envejecimiento. En estos casos conviene recordar que la granada se encuentra en la composición de numerosos complementos alimenticios y suplementos nutricionales debido a sus propiedades antioxidantes.
Nos encontramos con una fruta propia del otoño que puede aparecer en multitud de recetas saludables, predominando en muchas de ellas su aporte lleno de luminosidad. Esta superfruta se muestra como elemento principal dentro de un postre o como un acompañante en una ensalada u otro tipo de elaboraciones.